-¿Y qué hacemos ahora? – pregunté, el subió sus manos de mi cadera a mi cuello y se acercó a mis labios, dejando un tierno beso.
-Podríamos empezar por eso. – solté una risita
-Tenía pensado tal vez subir la música, y bailar juntos. – dije tomando su teléfono y poniendo una playlist para bailar
En el fondo se escuchó una canción que no conocía pero que tenía un buen ritmo, así que la deje; me saqué los zapatos de taco y mientras me acercaba a Thomas, la sala se convirtió gradualmente en una pista de baile, en la que solo estábamos él y yo en una noche de locura, nuestros bailes eran completamente energéticos, la emoción se sentía en el ambiente, había risas, saltos, besos y mucho más; era igual que hace unos minutos atrás, nuestras almas se encontraban bailando en unísono, y nuestros cuerpos solo acompañaban al furor del momento, porque al final solo somos dos extraños derrochando amor en una sala de estar.Después de unos minutos bailando, ya estábamos agotados; así que me senté en el sillón, él me siguió, pero no sin antes servir un poco más de vino para acompañar la noche. Mire la hora en mi teléfono, el tiempo había pasado muy rápido, ya son las 3 de la mañana.
-Al parecer es momento de que me vaya. – Le comuniqué, me miró triste.
-No te vayas, quédate aquí, tenemos una cama extra, además… Ne York es peligroso a esta hora, yo te puedo proteger… aquí – puso su mano en mi pierna, sonriendo.
-No quiero molestar. –
-Me gusta estar contigo – me quede unos segundos mirándolo, de verdad quería que me quedara.
-Bueno, pero tendrás que pasarme un pijama, no puedo dormir así – su cara cambio totalmente
-Iré a buscarte algo. –
-Te sigo. –Lo seguí por el departamento, hasta que llegamos a una habitación, al parecer era suya porque tenía su aroma, él tenía una esencia realmente buena, me quedé en la puerta, mientras el buscaba en su mueble algo para prestarme. Agarró una polera gris y unos shorts de pijama cuadrille.
-Esto es lo que te puedo ofrecer – dijo sonriendo. – Te lo puedes probar aquí, yo salgo.
-Gracias.
-Si necesitas ayuda, estaré en la habitación de al lado ordenando. –
-En realidad, necesito ayuda sacándome este vestido. – al parecer no se esperaba algo así, porque puso cara de sorprendido.
-Okey.Me di la vuelta y me agarré el cabello. El desató el nudo del vestido, para después bajar el cierre de la parte de atrás, mi espalda quedo desnuda; en realidad lo podía hacer sola, pero lo quería poner nervioso.
-Gracias – le dije sosteniendo el vestido en mi mientras salía de la habitación y cerraba la puerta
Camine a la pieza de al lado donde estaba Thomas haciendo la cama, ya tenía un pijama puesto, entré y él se quedó mirando.
-Por lo que veo, te quedo bien. –
-Si, gracias por todo. –
-No hay de que. -
-Nunca me he quedado a dormir en la casa de un chico, el primer día que lo conozco, o sea, solo cuando hay otro tipo de intención. – él se quedó mirándome mientras hablaba.
-¿y podría saber que intensión hay aquí? – Solté una risa.
-La verdad es que ni yo sé, nunca había tenido este tipo de conexión con alguien. – me senté a su lado en la cama
-Yo tampoco, fue una noche… muy agitada. - expresó.
-Es extraño, pero me gusta. –Nos acostamos en la cama y conversamos por un rato. Esta noche ha sido de lo más mágica y no quiero que termine, Thomas es una muy buena persona, por lo que conozco de él. Mi corazón y mi mente están teniendo desacuerdos, mi corazón quiere seguirlo, pero mi mente me dice que terminara mal, que no vale la pena intentarlo, me dice que he tenido muchos corazones rotos, que no tengo la fuerza suficiente para sanar de nuevo.
-¿tienes planes mañana? – me preguntó dándose la vuelta para mirarme mejor, ya que estábamos los dos mirando hacia el techo
-Pues, la verdad no tengo nada planeado. – respondí
-Podríamos ir a tomar desayuno, yo invito. –
-Me gusta ese plan. – dije sonriendoEntre hablar y hablar, el ambiente se hacía cada vez más romántico, la música que venía de la sala de estar se había tornado en un mix de baladas, el tenía su mano en mi cadera y yo tenía la mía en su cuello, haciendo pequeños cariños con el dedo pulgar, sentía mi corazón ir a mil latidos por segundo, por unos minutos todas las cosas sobre el amor que dicen se volvieron reales, mi estómago se llenó de mariposas, mis ojos no se podían separar de los suyos, y sin esperarlo, el unió nuestros labios en un beso que para mi mente duro años, sentí cada parte de mi cuerpo fluir por amor, mis ojos se cerraron y solo disfrute del momento.