Me desperté en la cama de invitados, mi ropa estaba en el suelo. Ayer después de estar hablando, el frenesí por explorar nuestros cuerpos explotó en un roce, e hicimos lo que nuestros cuerpos pedían a gritos. Thomas ya no estaba en la cama, tomé mi teléfono y como era de esperar las noticias sobre ayer estaban por todos lados, sorprendentemente ninguna hablaba sobre un chico nuevo; por ahora.
Me senté en la cama, con las sabanas todavía tapándome el cuerpo, y encima de la mesa, había una nota.
“Buenos días, princesa, fui a comprar unas cosas para hacerte una sorpresa, deje pastillas en el primer cajón a la derecha al entrar a la cocina, por si te duele la cabeza, nos vemos, si quieres ropa nueva puedes buscar en mi habitación”
- No puede ser más tierno. – me di cuenta que lo dije en voz alta
Me puse la sabana como abrigo y fui a la cocina a buscar esas pastillas, que la cabeza ya me había empezado a molestar, no puedo hacer nada sin antes extinguir este dolor.
Después de tomarme la pastilla, fui a la habitación de Thomas para sacar una polera y algo para abajo, su habitación era normal, tenía algunos posters de series y artistas de los 90s, había uno que me llamo la atención, era uno de Shania Twain, la verdad no lo veía como un chico country; interesante, porque yo inicié en el country, y ella fue una de mis tutoras, es la persona más encantadora del planeta.
Saqué una polera morada grande y unos shorts negros de pijama, lo más cómodo que encontré; me vestí y me acosté en su cama mirando al techo. La verdad no sé qué pensar de todo esto, me da escalofríos solo pensar en que es lo paso la noche anterior, tengo muchas dudas.Escuché unas llaves caer y me levante rápidamente, abrí la puerta y ahí estaba, con unos pantalones negros y una camisa veraniega, el chico que me tiene bajo sus encantos, se veía muy guapo.
- ¿Cómo amaneciste? – me preguntó al verme salir por la puerta de la habitación
- Bien, con dolor de cabeza, pero un chico muy guapo me salvó. – el soltó una pequeña risa.
- ¿Dónde está ese chico? Quiero hablar con él. – siguió el chiste, acercándose a mí y agarrándome de la cintura.
- Al parecer se fue. – nos reímos juntos
- Bueno, iré a preparar la sorpresa. – dijo caminando a la cocina – Pon un poco de música, si quieres.
Fui a la sala donde encontré el parlante que usamos ayer, lo prendí y puse una playlist en mi teléfono, música calmada; no tenía la cabeza para escuchar algo con mucho ritmo.
Me encaminé a la cocina donde estaba Thomas cocinando, se le veía muy concentrado
- Buena elección de música. – expresó cuando me vio apoyada en la puerta mirándolo
- Tenía ganas de algo calmado. – me siento extraña, lo conozco hace unas horas y ahora me está haciendo una comida sorpresa, mi mente me dice que todo está avanzando muy rápido, pero mi corazón me dice que todo está bien y ya no se a cuál de los dos creerle.
- Me gusta, ¿quién canta? –
- Una amiga mía, se llama Emma Mcrae. –
- Tiene una voz muy linda. –
Estuvimos hablando por unos minutos, hasta que termino de cocinar, y pusimos la mesa para comer. Mi estómago está gritando por comida; me senté y él me sirvió un plato de comida
- Son papas doradas con carne salteada y una salsa de ajo por encima. –
- Me encanta, gracias por todo. – le dije agradecida mirándolo
- No hay de que, todo por la princesa. – me estoy acostumbrando a que me llame así
- Bueno, a comer. – expuso sentándose en su lado de la mesa.
Sirvió vino en las dos copas que estaban en la mesa y comenzamos a comer.
- ¿y cómo me quedó? –
- Está muy bueno, la carne y las papas, pareces un chef profesional. – con la última frase soltó una risita
- ¿Te puedo preguntar algo? -
- Obvio, ¿qué pasa? – le respondí mientras dejaba el servicio en el plato, para agarrar la copa y tomar un poco de vino
- La verdad es que esto ha sido muy perfecto, pero ¿es real? Siento que estoy ilusionándome con algo que puede no ser reciproco – mi mente se paralizo por unos segundos, no sabía que decir, tenía dos posturas, mi cabeza decía que no, pero mi corazón quería todo esto, sin pensarlo dije:
- No lo sé… realmente esto es de lo mejor – vi como cambiaba su rostro – y me gustas, pero no sé si esto es lo que necesito ahora – una excusa estúpida, no sé ni porque dije eso, mi mente se adueñó de mi boca
- Está bien – expreso con voz quebrada
Hubo un silencio incomodo que duro unos 5 minutos, nunca había estado en una situación así, porque tenía que haber hecho esa maldita pregunta.
Sin darme cuenta, ya estaba en la puerta despidiéndome de Thomas, sus ojos se veían tristes, los dos sabíamos muy por dentro que esta podría ser la última vez que nos veíamos.
- Hasta pronto. –
- Si cambias de opinión siempre estaré aquí. – dijo antes de que yo bajara por las escaleras del departamento
Mi corazón palpitaba descontroladamente, era como si quisiera que volviera a ese apartamento, tocara la puerta y le dijera todo lo que siento por él, pero mis piernas no dieron la vuelta. Sin mirar atrás me subí a mi auto y conduje, no quería llegar a un departamento así que llamé a un amigo y le pregunté si podía quedarme en su apartamento por hoy. Todo el camino mi cabeza se atrapo en una melodía, no me la podía sacar de la cabeza, de pronto una línea para una canción llego a mi cabeza, me estacioné y escribí en mi teléfono.
- Te perdí… lo sé, perdí, con el que bailé en New York , descalzos - no, no, algo me falta, puede ser - desperté… sin ti, pero con tu… - miré el techo de la auto - memoria en mí, ese es un maldito legado que dejaste en mi. - Sonreí al terminarlo, pero me di rápidamente cuenta que significaba, así que cerré la nota y dejé el teléfono a un lado, mis ojos empezaron a soltar unas pequeñas lágrimas. – ¿por qué soy tan estúpida? ¿No podía solo disfrutar por una vez?– La vista se me nublo con lágrimas, pensé en dar la vuelta e ir a su casa, pero ya no puedo.
Prendí el motor del auto y me conduje a la casa de mi amigo.Narra Thomas
¿Por qué tuve que hacer esa maldita pregunta? Mi cabeza repetía una y otra vez esa pregunta, estaba 99% segura que era algún tipo de tortura mental.
Me acosté en mi cama y me puse a mirar el teléfono, solo quería despejarme, pero termine en su perfil de Instagram, la verdad no mentía cuando me dijo que le iba bien, tenía 60 millones de seguidores, nunca me imaginé ese nivel de fama. Después de un rato de estar en la cama, mi mejor amigo me llamo
- Hola hermana. – me saludó
- Hola, ¿cómo va el viaje? –
- Bien, todo bien – me respondió - ¿haz disfrutado la casa sola? ¿O no tan sola? – preguntó riéndose
- La verdad que conocí a este chico, y es fantástico, pero al parecer yo solo era un juego – dije un poco triste.
- Realmente tienes mala suerte en el amor. –
- No eres el más indicado para hablar, nunca has tenido pareja – los dos nos reímos
- Eso dolió – dijo entre risas – un consejo, deberías salir, despejarte.
- No creo, veré una serie o algo así, pero gracias hermano
- Para eso estamos, bueno me tengo que ir –
- Bueno, nos vemos
- Hasta pronto, piénsalo. – dijo cortando la llamada
Igual tiene razón, necesito un poco de aire, despejarme, podría ir al mismo de anoche, no creo que ella vaya, y a los de aquí no iré porque probablemente estará mi ex. Me levanté de la cama y me puse a ordenar la casa porque era un desmadre; porque hoy saldré y no quiero que esté desordenada.