¿Mimitos?

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Namjoon estaba algo apurado, se habían levantado tarde y se le hacía muy tarde para llevar a Yoongi al colegio, el con mucho gusto hubiera dejado que su niño durmiera un par de horas más pero no podía permitir que Yoongi faltara en semana de exámenes, no, eso jamás.

—Corazón ¿ya te lavaste los dientes?— Namjoon corría de un lado a otro haciendo la lonchera de Yoongi mientras le preguntaba algunas cosas a su adormilado bebé.

—Si papi— la voz del más bajito todavía estaba algo adormilada —¿por que no nos podemos quedar hoy? Tengo sueñito y quiero estar contigo— Namjoon tenía ganas de mandar todo a la mierda en ese instante pero no podía ser así de irresponsable.

—Ay nene— el mayor sintió un cuerpecito abrazarlo como garrapata, como si se lo fuera a llevar el viento.

Obviamente a Namjoon le daba mucha culpa no dejar a su niño descansar, pero reponer los exámenes luego era muy complicado y estresante para su niño y el no quería eso.

—Sabes que tienes examen de literatura y ciencias hoy corazón, no puedes faltar amor— Namjoon acariciaba con delicadeza los cabellos del menor.

Yoongi solo bufo, pero el realmente no tenia ganas de ir, Yoongi nunca fue un niño berrinchudo o caprichoso, así que cuando no quería ir era por que algo pasaba o realmente no quería ir.

—Haremos un trato ¿Si nene?— el más pequeño solo asentía y miraba a su cuidador con mucha curiosidad —Tu vas al colegio, haces tus exámenes y cuando termines me mandas un mensaje y salimos a comer y ver una película ¿Te parece bien bebito?

Yoongi le dio una gran sonrisa gomosa a su cuidador mientras lo abrazaba muy fuerte, Namjoon sabía que Yoongi no era muy hablador, pero no le molestaba en lo absoluto.

Yoongi caminaba a paso apresurado a su clase, sabia que sus clases probablemente ya hubieran comenzado, ese día se sentía muy incomodo y con ganas de sentirse pequeñito, el no sabía el por que de su sentir, pero a veces es mejor hacerle caso a los instintos.

El siempre había sido un niño muy retraído y callado, la verdad nunca le importo el ser un niño solitario, pero no podía negar que a veces le daban celos sus compañeros, siempre hablaban de que había un plan o fiesta el fin de semana, y tampoco podía evitar entrar al baño a llorar de vez en cuando, por que tal vez, solo tal vez, si el hubiera manejado de forma correcta sus emociones, nada seria así como es ahora.