Look at me || 𝐉𝐮𝐝𝐞 𝐁𝐞𝐥𝐥𝐢𝐧𝐠𝐡𝐚𝐦

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Jude !

Pasaron unos cuatro días desdé la última vez que vi a Emma, obviamente hablamos por mensajes y eso, pero ya empezaba a extrañar su presencia, ella me dijo que se había comenzado a sentir mal, le hicieron una prueba de sangre, luego la dejaron en reposo cuatro días, donde nadie podía entrar a su habitación y ella tampoco podía salir.

Y por mi lado, hace tres días me quitaron el yeso, mi pie estaba tan bien que hasta podía conducir, cada vez era más poco lo qué me quedaba para irme a mi casa de nuevo.

Vi a Emma a unos metros adelante mio, no dude en acercarme, tenia planeado salir con ella hoy en la noche, pero el problema es que ella aun no lo sabía.

–¿Me dejarías enseñarte un lugar secreto? –hablé a Emma que estaba dándome la espalda, ella pego un salto al oírme.

Rei un poco al recordar su reacción, definitivamente no era lo que esperaba.

–¿Podrías parar de asustarme?

–Se volvió un hobbie, pero podría pensarlo si me dejas enseñarte algo –me acerque ampliando mi sonrisa.

–Depende, ¿Qué es?

–Es un lugar muuy especial para mi, se puede decir que es mi lugar secreto –respondí divertido.

–¿Y Dónde? –preguntó nuevamente.

–Bueno, no por nada es secreto –reí.

–Qué molesto eres –exclamó dándome un suave golpe en mi brazo– ¿A las 7:00 está bien?

–Si, es perfecto.

–Entonces nos vemos luego, Jude.

(• • •)

–¿Cuánto falta para llegar?

Emma había repetido por lo menos unas cinco veces esa misma pregunta, realmente parecía una niña pequeña.

–Y luego dices ser paciente.

–Soy paciente, pero también muy curiosa, ese es uno de los enormes problemas de Emma Hamilton. Ve tomando nota –me miró sonriente.

–Después de todo ya llegamos –hablé estacionandome a las afueras del pequeño bosque –Tenemos que caminar un poco, pero no es tanto.

Cuando llegue aquí estaba dando una vuelta y encontré esto. No falta nada para llegar, y más unos 5 minutos en subir un pequeño cerro. Y en la cima habían unos columpios.

Decidí traerla hoy porque investigue y el cielo estaría con muchas estrellas más de lo normal y también porque desde aquí los atardeceres son lo mejor del mundo, definitivamente le encantara.

Llegamos justo a tiempo a la cima, el sol estaba a minutos de desaparecer de nuestra vista, se veía increíble.

Emma se adelantó un poco dando algunas vueltas para observar bien dónde estábamos.

–No puede ser –habló sorprendida al ver lo lindo que se veía el atardecer desde aquí– Jude, esto es hermoso.

–Yo también reaccione asi cuando lo encontré, es maravilloso ¿Vamos a sentarnos? –apunte en dirección a los columpios, ella asintió y entonces nos acercamos a los columpios.

–¿Cómo descubriste este lugar? –vi que comenzó a balancearse sin hacer mucha fuerza, y repetí su acción.

–Cuando llegue a Alemania salí a dar una vuelta y encontré este lugar.