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Jude !

Mire mi teléfono y 11:46, no puedo dormir, entonces decidí salir un rato. En el camino me encontré con la castaña, ella estaba sentada en el pasto comiendo pequeños ositos de goma mientras miraba las estrellas, ella lucia tan linda mirando el cielo.

La luz de la luna alumbraba perfectamente su rostro, observé detalladamente su perfil, su nariz respingada, con algunas pecas en ella, sus delgados labios color carmesí y sus brillantes ojos color café. Ella era increíblemente perfecta.

Solo espero que no se haya percatado de mi presencia, sinceramente no quiero parecer un loco obsecionado.

Dudé en hablarle, pero bueno, ¿Qué podría perder? ¿Mi dignidad? Lástimosamente ya no tengo.

–¿Qué tal?

Se giró rápidamente al escuchar mi voz, supongo que la tomé desprevenida. –Hola

–¿Puedo? –pregunté a referencia de sentarme junto a ella.

–Disculpa, soy un poco lenta. ¿A que te refieres? –hablo avergonzada, a lo que yo sonreí.

–¿Puedo acompañarte?

–Ah si, claro.

Creo que en realidad fue una gran idea lo de salir a despejarme.

–Ya ves, no es tan malo aquí –sonrió.

–Dormir es una muy buena idea, pero una mejor idea es hablar contigo, si quieres –miedo a que ella diga que no es genial, pero que piense que está bien es aún mayor.

–Mi nombre es Emma Hamilton –sonrió y me tendió ositos de goma, que acepté con una sonrisa.

–yo soy Jude –murmuré.

–¿Qué te sucedió? –señaló mi pierna.

Yo dudé en responder.

–Tuve mala suerte –sonreí, pero claramente omití algunas cosas.

–¿Tú que tal? –La miré e inmediatamente ella bajó la mirada– Aunque no tienes que decirlo, recién nos conocemos– agregué rápidamente.

Tal vez ella tiene algo más que decir, algo de lo que simplemente no le gusta hablar.

Por ejemplo, a mi tampoco me gustaría decirle a cualquier extraño que padezco una grave enfermedad del corazón.

La cosa es que yo no sufro de una de esas enfermedades al corazón, pero cuando estoy con Emma siento que si.

–Gracias –dijo suavemente y comencé a sonreír– ¿Sería bueno si pudiéramos hablar más a menudo? No hay muchas personas aquí que te acepten como eres– su voz tranquila, se torno en una como si fuera a romperse en cualquier momento.

–Sí, en realidad me pareces muy agradable
–sonreí y ella también sonrió brevemente.

–¿Cuánto tiempo estarás aquí? –tomó otro de sus ositos de goma.

–Probablemente tres semanas. ¿Y tú?
–la respuesta que obtuve fue un
encogimiento de hombros.

Parecía a punto de decir algo, lo cual hizo después de una larga vacilación.

–Tengo que esperar algunas semanas, mi herida aun no se han curado, las enfermeras dicen que eso podría llevar entre dos a tres semanas –luego habló en voz baja.

Heridas... ¿Lesiones internas? Pero mejor no le hago esa pregunta.

No debería estar haciendo esas preguntas mientras solo hemos hablado unos minutos.

–Sé honesto, ¿Crees que la comida aquí es buena o tan mala como yo? –Me miró inquisitivamente y volvió a tenderme sus ositos de goma.

Sonriendo, tomé otra gominola.

–Honestamente, es horrible –comenzó a reír, su sonrisa es indescriptiblemente hermosa, definitivamente una de las mejores sonrisa que he visto en la vida. –Pero no quiero decir que tu eres mala.

–No te preocupes. Entonces deberíamos reunirnos y pedir comida rápida– agregó.

–Eso suena genial, pero desafortunadamente no mañana, mañana uno de mis amigos vendrá de visita –murmuré, esperando que no se decepcionara.

–¿Y cómo se llama? –Dudé, un nombre puede decir mucho.

–Erling –respondí con un poco de inseguridad, ¿Por qué querría saber su nombre?

–Ah, ¿Entonces no es el Gregor Kobel, que me sigue en insta?

La miré confundido, entonces ella tecleó en su celular y entró a instagram. Su lista de seguidores, más de 600,000 e incluyendo a Gregor.

–Oh no– murmure y me acosté en el suelo, posando mis manos en mi cara.

–Pero él es muy agradable –luego sonrió– E incluso tengo una foto favorita de él –sonrió

–Bueno, entonces muéstrame –realmente contaba con cada imagen, pero que era exactamente la imagen. ella me tendió su teléfono. Gregor y yo en la cabaña con una gran sonrisa.

Eso es exactamente lo que temía. También quiero ser un chico y no solo Jude Bellingham el futbolista.

–¿Solo te acercaste a mí porque ahora sabes que soy un futbolista del BVB? –le pregunte a ella.

Gracias Gregor. Definitivamente no voy a decirle nada a ese tipo de nuevo.

–Obviamente eso no me importa, aunque estoy bastante segura de que tienes algún motivo para pensar eso –hacia el final ella se calmo.

–Por favor solo se normal, quiero decir, solo soy un chico y estaba feliz de que me hablaste y no dijiste, "Dios mío, Jude, ¿Puedo tener tu autógrafo?" "Jude, ¿Podrías tomarte una foto conmigo?" –Exclame. Aunque no se suponía que sonara así.

–Está bien, lo entiendo. –murmuró suavemente y mi sonrisa volvió– Después de todo, Gregor comenzó a seguirme después de que te hable hace un rato.

–¿Señor Bellingham? –interrumpió la voz de una enfermera.

–Nos vemos –Emma sonrió antes de que me levantara y siguiera a la enfermera.

Ahora que sabía su nombre completo recordé que ella era la chica que me habia flechado hace unos años atrás, la linda amiga que mi hermano llevó a casa para un trabajo.

–zhlxbp !

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Look at me || 𝐉𝐮𝐝𝐞 𝐁𝐞𝐥𝐥𝐢𝐧𝐠𝐡𝐚𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora