Después de un largo sueño Naomi despierta en un lugar conocido pero a la vez extraño para ella. En un mundo donde debes jugar para poder vivir, pero no cualquier tipo de juegos, son juegos en los que debes poner en riesgo tu vida y la de los demás c...
Caminamos hasta encontrar un refugio donde pasar el día. Entramos en una casa aparentemente vacía donde pudimos dejar nuestras cosas.
—¿Has estado allanando propiedades ajenas?
—No es ajeno si no es de nadie. Está abandonado, ahora es propiedad pública.
—Si tu lo dices— dejé toda la comida que llevaba cargando sobre la mesa del lugar.
Me senté en unas de las sillas del comedor dejándome caer en la mesa exhausta.
—¿Tú y Banda ya se conocían?
—¿Eh?— levanté mi rostro para verlo.
—En el juego parecían cercanos, incluso hasta el final.
—Ah, no. En realidad nos conocimos antes del juego, ambos nos ayudamos a escapar del rey de picas.
—En realidad no es como que me importe pero, te recomiendo que lo evites cuando te lo vuelvas a encontrar.
—Tampoco es como que tenga planes de volver a encontrarme con él pero gracias, aprecio tu interés por mí.
—No me preocupo por tí— se sentó en la silla de adelante de mí y abrió un empaque de galletas.
—Claro que si, lo hiciste hoy cuando dejaste que me uniera a tí.
—Es porque tenías comida. Yo también necesito comer.
—Podría ser, aunque también podría ser que de verdad te importan las personas. Es humano que lo hagas, no tienes porque avergonzarte.
—No me avergüenzo porque no lo hago.
—¡Lo haces! Te preocupaste por mí en el juego de la bruja.
—Ya te lo dije, no pude irme.
—¡Pero aún así regresaste! Pudiste haber esperado a que Arisu lo terminara pero decidiste ayudar. Cuando armaste tu plan me pediste no moverme porque sabías lo que iba a pasar, ¡fácilmente pudiste dejar que fuera sin detenerme! ¡Incluso me salvaste de morir en el juego del círculo!
—¿Y que si lo hago? No podrías sobrevivir sin mí— una sonrisa de victoria se formó en mis labios —¿Por qué sonríes así?
—Me alegra que lo hayas admitido. ¿Puedes admitir algo más? ¿Te gusto? ¿O por lo menos te intereso? Conociéndote no es normal que hagas tantas cosas por mí solo porque sí.
—Me voy a dormir...— se levantó y caminó hasta las escaleras para subir al segundo piso —...deberías hacer lo mismo, no dormir te está afectando el cerebro.
—¡Yo también me preocupo por tí!— grité desde abajo.
—No necesito que lo hagas, puedo cuidarme solo.
—¡Pero aún así lo hago! ¡Buenas noches!
Comí la última porción de galleta que me quedaba antes de apagar todo e irme a dormir satisfecha por el día de hoy.
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