𝐈𝐈𝐈: 𝐂𝐚𝐳𝐚 𝐲 𝐑𝐞𝐜𝐨𝐥𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧

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Chishiya se había ofrecido a sepultar a la niña para que no me angustiara más; mientras lo hacía en el patio trasero de la casa, yo esperaba pacienteme en el porsche.

—Gracias por hacerlo—. Me levanté de las escaleras cuando este estaba frente a mí.

—Está bien. Volvamos adentro—. Pasó a un lado de mí para entrar a la casa.

—Gracias por todo, pero tengo que irme.

—¿Irte?—. Giró hacia mí.

—No puedo dormir en un lugar donde alguien acaba de ser enterrado.

—Está bien, como quieras—. Volvió adentro.

Limpié las lágrimas que seguían saliendo y comencé mi camino a la estación de juego más cercana.

—Vámonos—. De nuevo Chishiya estaba a mi lado. Traía con él la comida y sus pertenencias.

—No tienes que venir conmigo. No quiero perjudicarte con mis debilidades, de verdad creo que estás mejor sin mí.

—Mañana jugaremos contra la reina de tréboles y tú eres mi equipo. No te puedo dejar ir así de fácil.

—Creo... creo que tienes razón.

—Vamos, necesitamos encontrar un nuevo lugar antes de que anochezca por completo.

No conseguimos un lugar para dormir, por lo que tuvimos que armar un campamento en medio de la ciudad

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No conseguimos un lugar para dormir, por lo que tuvimos que armar un campamento en medio de la ciudad.
Me encontraba sentada, mirando y disfrutando el fuego que ardía de la fogata y el calor que este emanaba.

—¿Aún no duermes?—. Chishiya se sentó a mi lado.

—No tengo sueño, me quedaré a vigilar que nada pase.

—Sigues pensando en la niña, ¿cierto?

Asentí. —No será fácil sacármelo de la cabeza, nunca había visto a un niño en este lugar. Además me hizo recordar a algo que sucedió fuera de aquí.

—¿Y quieres contarlo?

Hizo silencio para que continuara.

—¿Conoces el hospital universitario sakurazaka?

—Si.

—Bien, en el mundo real soy interna en ese hospital—. Suspiré —El día que pasó esto, a pesar de ser un hospital universitario, estaba saturado de pacientes en emergencias y cirugías.
Llegó un niño herido que necesitaba una operación de emergencia. Afortunadamente en el registro decía que un quirofano estaba libre, así que me llamaron a mí y a otros dos compañeros para asistir. Al llegar al quirófano no podíamos ingresar ya que otros internos nos lo impedían, aparentemente había un caso “más importante” que necesitaba primero la crujía y que el quirófano estaba listo para esa persona.
Mi superior no apeló a pesar de poder hacerlo y se resignó fácilmente. En cambio yo reclamé ya que era un niño que estaba a punto de morir, pero no sirvió de nada cuando mi superior dijo que dejara las cosas y diera por muerto al paciente.
Cuando intenté preguntarle después el por qué lo había permitido solo me dijo “así son las cosas” como si fuera de lo más normal dejar morir a un niño.
Aún me siento fatal porque se que pudimos salvarlo si no hubiera sido por ese “paciente importante”, que solo por apoyar al hospital financieramente se le catalogó así. Su operación ni siquiera era de importancia, solo lo hicieron porque la familia del niño no tenía un seguro ni los recursos para pagar su cirugía.
Lo recuerdo porque al igual que a el niño pude haberla salvado si hubiera tenido un lugar y los recursos para poder hacerlo; me siento tan impotente de verlos morir frente a mí, aun cuando yo...

𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌𝐄𝐑 | Alice In BorderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora