𝐕𝐈: 𝐉𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥

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En un arranque de rabia Aguni fue de nuevo a pelear contra el rey; por un momento parecía ir ganando, pero luego el otro hirió gravemente a Aguni y lo intentó asfixiar.

Kuina se lanzó hacia el rey, lo golpeó en algunas ocasiones pero no le hizo daño, a cambio, este le hizo varias puñaladas en el abdomen.

Usagi y yo nos lanzamos para evitar que siguiera, pero era evidente que nuestra fuerza no se comparaba con la de él.

Estaba llena de todas las emociones negativas que existen acompañado de esperanza, esperanza de que aunque sea dos personas inexpertas pudieran salir ilesas de ahí.

Me colgué a el hombre, pero fácilmente fuí lanzada lejos. Gracias a eso la cabeza y la espalda comenzaron a dolerme de la peor manera, pero aún así tomé fuerzas y me volví a levantar.
El rey estaba apuñalado a Usagi en las piernas. Esta vez traté de poner la mayor atención e importancia a la acción que iba a hacer. Apunté fijamente a la cabeza del tipo, pero fui bloqueada por el cuerpo de Usagi que venía directo a mí al ser lanzada.
Choqué contra una barrera y la espalda comenzó a dolerme mucho más.

-Tranquila...Usagi, vamos a terminar con esto pronto.

Como pudo, Aguni disparó contra el rey, este disparo de regreso y solo uno terminó muerto, Aguni.

Tal vez ahora todo dependía de mí, dependía de la peor persona en la que la responsabilidad podía caer. No sabía de armas, ni de peleas, mucho menos de puntería, pero al final solo quedaba yo.

Sin que me notara volví apuntar, traté de confiar en mi misma y disparé mi última bala.
Está impactó milagrosamente en él haciendo que cayera. Me sentí tan aliviada.

Me acerqué a él para comprobar que estuviera muerto. La sangre que salía de su cabeza y los ojos abiertos comprobaba lo que esperaba. La bala había atravesado desde su oreja hasta otro lugar que no podía ver.

Sonreí y reí aliviada y emocionada de lo que había hecho.

-¡Lo hicimos! ¡Ganamos!- me giré hacia los otros, pero la realidad me golpeó fuertemente, estaban muertos-. Lo hicimos-murmuré.

-No.

Sentí un dolor agudo en mi tobillo que me hizo caer. Alguien me tomó del tobillo y me siguió apuñalado mientras más subía.

Lo pateé varias veces para intentar apartarlo.

-¡¿Por qué nos haces esto?!

-¡Porque no tengo opción!

Logré safarme un momento de él, momento en el que aproveché para arrastrame por algo que sea de utilidad. Me moría de miedo, pero mis ganas de sobrevivir eran mayores.

Volvió a acercarme a él, y posicionándose sobre mí apretó mi cuello con gran fuerza intentando hacerme desmayar.

Aunque intentara apartarlo era inútil, en vez de eso tenté el piso con mi mano para tomar algún arma o cualquier cosa que me funcionara como una, sentí el mango de su navaja y no dudé en usarla apuñalándolo en sus costillas varias veces, esto hizo que se apartara un poco y ahora yo podía aprovechar para apuñalar su ojo izquierdo.

Nada parecía hacerle daño, pues lo único que hizo fue tomarme de la muñeca y girarla para que soltara la navaja.

-¡¿Por qué no te mueres?!

-¡Yo ya estoy muerto!

-¡Entonces déjanos vivir!

Tomó la navaja que me había hecho soltar y la uso para ahora apuñalarme a mí cerca del abdomen, una, dos, tres, cuatro, cinco veces. Grité y lloré de dolor.
Eso me hizo dejar de pelear, hiciera lo que hiciera terminaría peor y moriría de todas formas.

𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌𝐄𝐑 | Alice In BorderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora