Después de un largo sueño Naomi despierta en un lugar conocido pero a la vez extraño para ella. En un mundo donde debes jugar para poder vivir, pero no cualquier tipo de juegos, son juegos en los que debes poner en riesgo tu vida y la de los demás c...
-Si, de hecho si interrumpes algo- alegó Niragi molestó.
-¿Volviste?- pregunté sorprendida.
-En realidad nunca me fuí. El juego comenzó antes de que pudiera salir.
-Por supuesto, no eres tan empático como para regresar por tu cuenta.
-¿Te importa? Estabamos en un momento importante.
-Oh, lo siento, soy un ejecutivo y mi deber es establecer el orden, por lo que debo intervenir en esto.
-¿Te crees gracioso? ¿Crees que no puedo apuntar a corta distancia con esto?- apuntó su rifle hacia él en señal de amenaza.
-Sé que puedes.
Corrió hacia Niragi, lanzó su mazo de cartas haciendo que el otro se distraiga, en respuesta lanzó un tiro pero afortunadamente falló, Chishiya se lanzó, y con una pistola de agua que contenía gasolina y un encendedor salpicó al pelinegro haciendo que este se incendiara.
Niragi gritó como loco por el ardor y sin darse cuenta cayó del edificio causando su muerte, Niragi había muerto.
-¡Chishiya!- corrí hacia él -¡¿Estás loco?! ¿Y si no hubiera fallado el tiro?
-Que rara manera de agradecerme.
-Es lo mínimo que podías hacer después de traicionarnos.
-Tal vez si me hubieras hecho caso cuando te dije que no fueras habría sido diferente.
-Tu plan desde el principio fue traicionarnos y eso no cambia con nada...- miré las cartas en el suelo, algunas quemadas, otras rotas, e incluso no se encontraban todas -...lamento que toda tu misión haya sido por nada y hayas tenido que sacrificar tus preciadas cartas por mí- me alejé de él en dirección a la puerta para volver con los demás -...¡además eso significa que si te intereso!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En mi camino a buscar a Arisu no solo me encontré con él, Usagi, Tatta y Asahi ya lo habían encontrado y se dirigían al vestíbulo, pues Arisu creía saber quien era la bruja. Corrimos y al llegar los militares ya estaban a punto de dispararle a más personas.
-¡Ya basta!- intervino Tatta -...terminemos este juego.
Ayudamos a Arisu a llegar hasta el centro.
-Ustedes me tuvieron encerrado todo el tiempo, incluso durante el homicidio...-dijo este -...lo saben muy bien, no puedo ser la bruja. Si no soy la bruja no hay necesidad de matarme. ¡Ayúdeme a encontrar a la bruja!
Aguni se acercó a él, y con el mango de la pistola le dió directo en la nariz y lo pateó al piso. Usagi trató de pararlo, pero la fuerza de este la superaba por mucho y fácilmente la apartó de su camino.
