Fue mi culpa

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Cinco años después.



Las viejas reglas ya no existían, había nuevas. Toshiro podía visitar a sus viejos compañeros del cuartel, siempre y cuando pidiera permiso a su esposo. Gintoki se lo daba, con un limite de tiempo a menos que ocurriera algo inoportuno, como fuerte lluvia o un accidente de trafico que impidiera llegar a su omega y cachorro a casa seguros, por lo cual era mejor quedarse en el cuartel. Hijikata debía cumplir bien con los deberes de la casa o no vería a Ichigo, pues Gintoki lo llevaría con Tsukuyo hasta haber sentido que castigo lo suficiente a Toshi. La omega claro que sabía del matrimonio y del cachorrito, pero dejo de importarle, sobre todo con las mentiras de Gin, de que Toshi trataba de poner a su hijo en su contra para que no lo quisiera. Algo ilógico, para aquellos que conocieran como era la vida del matrimonio dentro de aquellas paredes. La realidad era que Toshi siempre le decía a Ichigo que su padre alfa lo quería, pese a la distancia, lo quería pero Gintoki no era bueno expresándose. Además, que el pequeño quería a su padre, más a su madre, pero igual quería a su padre, pero obvio, no había comparación con su madre, a quien presumía cuando iba con la omega, hablando maravillas del omega, lo que provocaba que Tsukuyo creyera en las mentiras del alfa. 

Gin ayudaba en casa solamente si no podía controlar a Ichigo, entonces Gin se encargaba de la casa y Toshi del cachorro, era en lo único en lo que había cumplido Gin. En la intimidad, a veces Gin se portaba distante y otras veces era cariñoso, las favoritas de Toshi, pues lo dejaba participar y llevarlo a ambos al orgasmo. Pero aun había gritos, jalones, y golpes, y claro, la infidelidad con Tsukuyo; lo cual ocasionaba que Toshi se retorciera de dolor en cada encuentro sexual entre Gin y la omega, debido al lazo por la marca, pero Toshi tomaba unos calmantes en esas ocasiones. 

A Hijikata eso ya no le importaba, no mientras su cachorro estuviera bien. Era lo único que de verdad le importaba, comparado con la atención de su alfa, que no era nada, la mirada y voz de su cachorro, lo eran todo. 

....

Esa mañana, al abrir los ojos Gintoki sintió una molestia en su pantalón. Al dirigir su mirada a su entrepierna encontró un bulto debajo de la cama que indicaba que tenía una erección matutina.

— ¿Qué soy? ¿Un maldito joven en la pubertad?

Entonces, un gruñido de su pareja, hizo que dirigiera su mirada hacia él. Ese gruñón dormía como si nada y él estaba allí con una erección debido a la escasa actividad sexual que habían tenido esa semana.

— Hijikata-kun despierta oi- Pero era inútil, el omega no se levantaba

En lugar de ir a tomar un baño frío, hizo lo que haría cualquier alfa respetado: empezó a frotarse contra Hijikata.

— Si no te levantas, tendré que atacarte, Toshi

- Mm, déjame dormir- Le dio un pequeño empujón con la palma de su mano a la cara y se volteó- toma un baño o algo, yo quiero dormir

— No, no, no ¿Planeas abandonarme en una situación así, Hijikata-kun?- Gintoki incluso había liberado su erección, ahora se encontraba con los pantalones por la rodilla — Aprovechemos que el niño duerme para tener una sección para adultos ¿sí?- Mordió su oreja pero al ver que Hijikata no respondía, deslizó las manos por debajo del yukata, para bajar la ropa interior y colocar su erecto miembro entre los glúteos —Tomaré prestado tu trasero, Toshi ... Yo... Sólo... lo frotare

- Hey, Ichigo podría despertar en cualquier momento- Lo tomo de una mano y con la otra le empujó ligeramente- así que será mejor que subas tus pantalones y vayas a-

- ¡Mami!- Se oyeron toquidos en la puerta de la habitación- Mami, tengo hamble- Entonces antes de que entrará el niño, Hijikata cubrió por completo al peliplateado con la colcha del futón- ¡Mami!- Corrió a abrazar al omega

Alfa IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora