Perdida y culpa

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Hijikata ya tenía siete semanas de gestación, apenas y se notaba una pequeña protuberancia en el abdomen del omega, quien estaba feliz por el bebé, pues a pesar de todo lo ocurrido, también llegó a pensar que un segundo cachorro podría arreglar las cosas entre su alfa y él. Por supuesto, Hijikata estaba más sensible que de costumbre y sentía las nauseas cada mañana. Era cansado, pero su cachorro le ayudaba con pequeños detalles dentro de la casa. Mientras que Gintoki estaba relativamente tranquilo, lo cual confirmaba la falsa creencia de Toshi de que las cosas mejorarían. 

De todas formas, Toshi quería creer que todo estaría bien o relativamente bien. Ya había asistido al doctor, quien le dijo que el feto estaba bien y que debía mantener una dieta especial pero que su segundo embarazo era más riesgoso. Toshi se puso pálido, ¿Acaso él había hecho algo malo? Pero la respuesta del doctor fue que debido a las constantes peleas y golpes que sufría en su matrimonio, afectaban al feto y a él mismo. El estrés era malo para el feto y los golpes malos para el omega. Era importante que siguiera estrictamente las indicaciones de tener una máxima higiene, una buena dieta, cero situaciones conflictivas y nada de golpes.

Toshi creyó que lo lograría, que todo saldría bien en su embarazo. Por eso se confió. Pobre omega, tan ilusionado con la idealización de una familia feliz, de un esposo amoroso y de poder ver a sus cachorros crecer. Eso es lo malo de los planes, se planifican pero muchas veces no se llegan a concluir. 

Esa tarde Toshi le dijo todo lo que le dijo el doctor a Gintoki, quien sonrió un poco apenado por ser descubierto. Pero le prometió a su omega que se esforzaría, que todo saldría bien y los cuatro tendrían una vida maravillosa. 

Ichigo por otra parte aunque estaba feliz por ser hermano mayor, no estaba feliz por que su padre siguiera viviendo con ellos, mintiéndo le a su madre. Sentía el estomago revolverse y querer vomitar al verlos juntos. No era justo para el niño que a esa edad estuviera sintiendo tanto odio y desprecio por su padre. Pero, ¿Se le podía culpar? ¿Los actos de su padre eran suficiente justificación para el sentimiento amargo en su corazoncito? 

Ichigo no podía entender el porque de los actos de su padre, ese odio y abuso contra alguien que no hacía nada malo. ¿Sería igual para él al crecer? Se lo cuestionaba y no debía pensar en eso, pero las circunstancias, sus padres, todo lo que veía y escuchaba, probablemente era ese su futuro. Algo inevitable. 

....

Dos meses después. 

Hijikata estaba comprando ropa en una tienda en el centro comercial, se veía adorable luciendo una batita de maternidad color verde con flores rojas, llamaba la atención por verse adorable, sobre todo, porque sus ojos habían recuperado un poco de brillo. 

Aunque faltara para el ultrasonido en el que le dirían el sexo de su cachorro, sentía que tendría una niña, lo sentía en su corazón. Así que estaba comprando vestiditos con flores, estrellas, sirenas, mariposas, cerezos, hasta que vio un vestido blanco con flores kiku color morado. Era precioso e iba con unos zapatitos a juego y un gorrito. Hijikata entonces pensó que Kiku era un bonito nombre para una niña. 

- "Un nombre digno de una princesa... Si, ese será su nombre, Kiku... Kiku Sakata"- Pensó con orgullo el omega 

Después de comprar todo lo que pudo se fue caminando a casa. Gintoki se había comprometido a pasar por Ichigo a la escuela, así que iba tranquilo. Sin embargo al llegar a su casa, vio en las escaleras a Otose consolando a su cachorro, eso encendió sus alarmas y corrió como pudo hasta llegar junto a su cachorro. 

- ¿Qué paso?

- Gintoki llego borracho a la escuela del niño, me llamaron y a Kondo-San, él los trajo a ambos. Tu esposo esta arriba

Alfa IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora