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— ¡Tienes que relajar los músculos!

Tsireya estaba regañando a Lo'ak, ninguno de nosotros sabía nadar como ellos.

Es más, yo ni siquiera sabía nadar.

Los miraba, sentada desde la arena, jugando con ella, era lo único que podía hacer.

Ví a Kiri, un poco más acercada a la orilla, estaba inmóvil, practicando su respiración bajo el agua.

Tuk, a lo lejos, notó que Kiri y yo estábamos en la orilla, así que salió del agua, para acompañarnos.

Ignoró por completo a Kiri, caminó hacia mi dirección.

— ¿Tú también extrañas el bosque?

— No honestamente. Contesté.

Tuk se sentó junto a mí y me abrazó, recargando su cabeza en mi hombro.

— Antes te veia más alta que yo, ahora por fin me alegro de verte pequeña. Dije mientras correspondí el abrazo.

Nos quedamos unos minutos así, Kiri realmente era buena al aguantar la respiración, habían pasado dos semanas desde que llegamos y Kiri demostraba gran avance, por encima de nosotros.

— Miren, aquí están las dos raras y una mini versión de ellas.

Miré hacía la dirección de la voz. Era Ao'nung.

— No le hagas caso, tú eres genial. Dije a Tuk mientras cubría sus orejitas, tratando de que no escuchará los insultos de Ao'nung.

— ¿Qué se supone que está haciendo está loca? ¡Solo mira la arena!

— Déjenla en paz. Defendí a Kiri.

Me levanté del suelo.

— Por favor Ao'nung, vete. Dije.

— Tú no me das órdenes, humana estúpida.

Me aventó al suelo, caí de espaldas, mis pantalones cortos y mi camiseta se llenaron de arena.

Sus amigos empezaron a reírse mientras Kiri se percataba de la situación y me ayudaba a ponerme de pié, junto a Tuk.

A lo lejos, ví que Neteyam, Lo'ak y Tsireya se acercaban.

Cuando me incorporé, sacudí mi ropa.

— Te lo dije por las buenas, Ao'nung.

Le dí un puñetazo en la cara, haciéndolo sangrar de la nariz.

Si fuí capaz de golpear al chico que me gustaba, con mayor razón al que me cae mal.

— ¡PELEAAAAA!

Gritó tuk.

Recordé los entrenamientos que Norm me hacía repetir, una y otra vez, nunca imaginé que llegaría a usarlos.

Dejé a Ao'nung en el piso.

— ¿Alguien más?

Sus amigos, con miedo se acercaron, intentando golpearme.

Esperé el golpe, pero una mano los detuvo.

— Si la tocas, eres hombre muerto.

Era Neteyam.

Lo'ak y Tsireya se quedaron atrás.

— ¡Eres una salvaje!

Neteyam miró al suelo, notó que era Ao'nung.

— ¿Que se siente que una avatar como ella te haya vencido? Gatito. Se burló Neteyam.

Ah, qué bien aprende ese chico.

Te veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora