Capítulo 1

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Sus gemas se abrieron con miedo, temblaban acuosas y aterradas, respiró hondo tratando de calmarse, bajó de su cama suavemente, colocó una almohada en su lugar y la cubrió con la manta, se escurrió con cuidado bajo la cama respirando lo menos posible ocultándose bajo esta, unos pasos se escucharon silenciosos, la madera rechinaba en cada movimiento, por debajo de la cama vio que alguien se acercaba, contuvo su respiración, estaba listo para huir, escuchó un ligero ruido metálico, como de un arma saliendo de su funda, enseguida un golpe secó, abrió sus ojos con horror al ver la espada atravesar la cama hasta el suelo a su lado, había rosado su brazo cortándolo, tapó su boca evitando el grito de dolor, el sujeto comenzó a buscar desesperado en la habitación, el pequeño salió corriendo hacia la terraza siendo seguido por el asesino, goteaba sangre de su brazo -no... por fa... favor no -el menor se dio cuenta que no tenía salida, aún estaba pequeño para brincar sobre los techos, no tenía entrenamiento shinobi, comenzó a caminar en reversa, observando que su camino estaba por terminar, sus ojos se abrieron aún más al ver la espada del asesinó levantarse, levantó sus manos tratado de cubrirse, gritó al sentir como el metal las atravesaba -aaaaaahhh -repentinamente se detuvo el avance, el sujeto cayó sobre su cuerpo derrumabado, la espada se enterró un poco en la piel del pecho del pequeño, gritaba aterrorizado, con velocidad quitaron al sujeto de su cuerpo -demonios -Un anbu había caído a su lado observando el daño en el rubio, había visto a un sujeto perseguirlo, corrió con velocidad tratando de llegar y salvarlo, llegó a tiempo, pero había logrado hacerle daño.

El pequeño lloraba y temblaba desesperado por el dolor, aterrado por el muerto que cayó sobre él y aún estaba a su lado, sólo tenía siete años, el anbu creó un clon llevándose al sujeto del lugar, el original rompió la espada, dejando el tramo solo enterrado para no hacer más daño al pequeño, cargó al rubio hacia el hospital.

Al entrar al edificio comenzaron a gritar las enfermeras y médicos -"llévatelo de aquí" "nadie lo atenderá" "que se largue ese monstruo" el anbu apretó el ceño bajo la máscara, observó al pequeño que lloraba desconsolado en sus brazos, negó con fastidio, corrió al departamento del menor, al llegar lo metió al baño, había mandado en el camino a un clon por un botiquín, de inmediato llegó, comenzó a sacar el pequeño pedazo de metal de la espada de sus manitas suavemente, las lavo en el lavabo del baño y con una gasa comenzó a limpiar con desinfectante con cuidado de no lastimarlo aún más, colocó gasas limpias pegándolas con cinta médica, comenzó a vendar sus manos, levantó la pequeña playera del rubio y realizó el mismo movimiento en su pecho, aunque era más leve, sólo un pequeño piquito de la espada entró, medio centímetro a lo mucho -Naruto lo observaba con cuidado, había dejado de llorar, sólo suspiraba ya más tranquilo, le había puesto un poco de líquido para el dolor para calmarlo un poco -le informaré al Hokage lo que sucedió, tal vez te ponga vigilancia -el rubio lo observó con cuidado -no lo hagas, no pierdas tu tiempo, gracias por esto -el anbu lo vio con cuidado, obviamente informaría, tal vez el chico podría obtener vigilancia, era de la edad de su pequeño hermano, no lo dejaría solo el tercero, Hokage-sama se haría cargo.

Cuando el anbu salió un chakra rojo sutilmente comenzó a sanar las heridas del cuerpo del pequeño, este no se dio cuenta, simplemente observaba la terraza de su departamento, por donde el anbu había salido, nunca había conocido a una persona que no lo intentara dañar, que no se diera la vuelta ante las agresiones que recibía y que lo ayudara, sonrió ligero agradecido por ese gesto de humanidad, sus mejillas tomaron un leve rosado.

.....

Años después

Naruto corría desesperado, traía una mochila con sus cosas, necesitaba llegar a la barda oeste, había un pequeño agujero que había encontrado, lo usaban los pequeños animales para colarse y salir de la aldea, en una de sus tantas huídas de los aldeanos que lo acosaban, lo había encontrado, estaba listo para huir de la aldea, no podía más con el acoso de los aldeanos, el día de su cumpleaños dieciséis, lo habían golpeado hasta dejarlo inconsciente casi muerto en un callejón, después de eso y de tanto tiempo de maltrato obtuvo el valor para escapar, si se quedaba en Konoha lo quebrarían por completo, habían pasado unas semanas de su decisión, había organizado todo como podía, ayer fue la gota que derramó el vaso, después del examen de graduación de la academia, que obviamente reprobó, Mitzuki casi logra asesinarlo, gracias a kami había aprendido ese jutsu y se salvó, aún le faltaba algo de comida, pero ya no podía más, corrió con lo que sus piernas le daban y las pocas cosas que había reunido para sobrevivir.

Mientras corría, paró en seco al escuchar un ruido tras de él, una risita burlona, tragó pesado, sus piernas temblaban, su corazón estaba apunto de estallar, comenzó nuevamente a correr con terror, cayó al suelo sintiendo un peso sobre su cuerpo -¿a dónde vas demonio? -Naruto tragó pesado al escuchar el susurro en su cuello, el sujeto le arrebató la mochila y la tiró a su lado, no podía moverse, lo tenía sometido con su peso, clavó su chamarra al suelo con dos kunai, el rubio tragaba pesado sintiendo el olor y el sabor de la tierra en su boca y en su nariz, su rostro estaba enterrado en la tierra -mnhnn mnh -trataba de gritar, pero la tierra lo amortiguaba, sintió como rompieron su pantalón arrancándolo de su cuerpo, sus ojos se abrieron con terror -te probaré demonio, deberías estar feliz -la lengua del sujeto rosó su rostro, el menor se arremolinaba bajo su cuerpo tratando de huir, escuchó su ciper bajar, con el rabillo del ojo vio al sujeto tomar su asqueroso miembro que ya tenía de fuera, temblaba, lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, el sujeto embarraba su miembro en su trasero -noooo por favooooor nooooooo -logró en un descuido safar su rostro del suelo y gritar -cállate -el jounin estrelló su rostro con fuerza en el suelo evitando que gritara, lastimó su cara, comenzó a salir sangre de su ojo derecho, una piedra había rasgado su ojo.

El sujeto comenzó a morder su piel con coraje, el pequeño pataleaba y gritaba desesperado, sintió como se acomodó sobre su cuerpo y su miembro tocaba su entrada, comenzó a entrar -aaaaaahhh nooooooo -antes de que pudiera entrar por completo el sujeto salió volando hacia un árbol con demasiada fuerza, su espalda se dobló de una manera que no debía ser normal, un ruido que indicaba que más de algún hueso se rompió se escuchó con fuerza, se quejaba audiblemente -aaaaaahhh -el rubio alcanzó sus pantalones desesperado cubriéndose como podía, estaban rotos, lloraba y temblaba incontrolable. Un anbu cayó sobre el sujeto, su puño se enterró en su rostro una y otra vez, de su mano salió un kunai directo a su miembro castrándolo al momento -aaaaaahhh -la sangre salía con violencia -maldito desgraciado -el pequeño resoplaba en hipidos, el anbu se levantó, lo vió con cuidado, observó como trataba de cubrirse arrastrándose a su mochila, sacó un pequeño short y se lo puso, con terror Naruto comenzó a gatear aún en shock hacia el pequeño agujero en la barda.

El anbu se acercó y se paró frente a él -¿a dónde vas? -el menor levantó el rostro con miedo, negó tratando de quitarlo, un clon salió a llevar al sujeto a TI e informar al Hokage, el anbu se agachó a su altura -no hagas estupideces, en cuanto salgas por ese agujero la aldea te cazara como a un conejo, te encerrarán de por vida -el pequeño negó -si... si me escondo... -el anbu endureció su ceño -no entiendes, no tienes las habilidades para huir sin dejar rastro, en cuyo caso que lograras huir, serás la presa de las demás aldeas, sabes lo que cargas -el pequeño mordió sus labios con terror -el mercado negro ofrece demasiado dinero por ti, ladrones y cazarecompensas te buscarán, pueden hacerte cosas peores -el rubio limpió sus lágrimas con su chamarra -en... entonces, ¿debo esperar a que un día me maten aquí adentro? -el anbu lo observó por un momento, su ceño se marcó -no, debes hacerte fuerte por tus medios -el rubio se levantó tambaleándose, se dio la vuelta, su mirada se veía muerta -que fácil es decirlo cuando tuviste todo en la vida, ¿le dirías lo mismo a tu adorado hermano si estuviera en mi lugar? -el anbu abrió sus ojos con sorpresa, sabía quién era, por otro lado, se incomodó por hacerlo pensar en su pequeño hermano en esa situación -gracias por segunda vez, eres la única persona que me ha tendido la mano-

Comadreja lo veía con cuidado, nunca había sido una persona tolerante más que con su madre, hermano y su primo, la debilidad lo molestaba demasiado, siempre había sido del pensamiento de esforzarse y crecer por tus propios medios, pero ahora que lo pensaba, el rubio no tenía medios, le cerraban las puertas, había sido demasiado duro con él, negó con fastidio por sentirse culpable, su camino cambió de curso, había terminado de entrenar, iba hacia su casa cuando escuchó el grito del Uzumaki, cuando vio lo que pasaba de inmediato actuó, ese bastardo jounin de bajo poder estaba por violar al rubio, tuvo que detenerlo, no podía soportar lo que estaba haciéndole por humanidad, se llenó de coraje.

Papá, vuelve a mi lado... (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora