Recuerda Cuando... (COMPLETA)

Acto 6

—Yo… sólo… pensé en ti y…— Cas tartamudeó cuando Dean se le acercó lentamente.

—Lo sé, Cas, lo sé... volaste hacia mí. 

Sus ojos se encontraron, y Dean todavía le sonreía con tanta dulzura que Castiel sintió que su pecho se llenaba de tibieza.

—Yo... volé hacia ti— repitió el ángel.

—Sí, porque eres un ángel.

—Porque soy un ángel…— repitió Castiel.

—¿Quieres volver a intentarlo? Piensa en otro lugar... ese lugar donde fuimos a pescar— dijo Dean, poniendo una mano en su hombro.

Castiel parpadeó y asintió en silencio. Cerró los ojos y al segundo siguiente estaban junto al río en Harving. Era una hermosa noche estrellada.

Castiel caminó alrededor, con ojos redondos, todavía tratando de digerir la idea de que él tuviera tal poder. Dean lo miró, aún sonriendo.

—Date un poco más de tiempo, Cas…— murmuró Dean.

Castiel se detuvo frente a él e inclinó la cabeza:

—¿Entonces cómo nos conocimos?

Dean sonrió con tristeza e inclinó su rostro:

—Me rescataste del infierno— respondió finalmente, uniendo sus verdes con los azules de Castiel. El ángel frunció el ceño: —Éramos una especie de aliados, luego enemigos... Y luego aliados otra vez...— Dean se rió entre dientes.

—Eso suena... complicado... — Observó Castiel, pensativo.

—No es tan complicado— Dean se rió y se rascó la punta de la nariz: —Te rebelaste contra el cielo por mí. 

Ambos hombres cruzaron miradas en silencio.

—Eso... suena... Ahm...— El ángel frunció los labios y miró hacia otro lado.

—Parece que sí somos complicados, Cas... tenemos ese tipo de relación— Dean no sabía por qué estaba diciendo esas palabras. Pero a él no le importaba en absoluto. Estaban solos en medio de la noche, en otra línea de tiempo, y Castiel no lo recordaba. Si Dean era la clave, tal vez mostrarle a Cas lo especial e importante que era para él podría salvarlos a ambos.

Dean necesitaba superar sus propios miedos al rechazo. Su propia voz interior le gritaba que no cruzara esa línea. 

Tal vez… solo tal vez… si él hiciera eso, podrían ser libres de una vez por todas… 

Castiel bajó la mirada a los labios de Dean:

—No entiendo— susurró. Cerró sus azules ojos mientras sacudía la cabeza, dando un paso y alejándose de Dean.

—Espera, Cas…— Dean trató de tocar el hombro del ángel, pero éste lo evadió.

—No podemos tener… lo que sea que teníamos en el futuro yo… aquí es diferente…— dijo Castiel, dándole la espalda.

Dean abrió los ojos, sobresaltado, ¿qué estaba diciendo Cas? ¿A caso él sentía lo mismo de Dean?

No, espera… él estaba dando por sentado que lo que ellos habían tenido en el futuro era...