Pasaaando lista, diga presente:
BAILEY VANDERY
Cásate conmigo, Bailey Vandery.
Su frase me comprimió el estomago y una estampida de vacas corrió por todo mi cuerpo activando cada nervio y cada célula que respondía ante el imponente hombre acostado a mi lado, enredado en cada extremidad de mi cuerpo: sus piernas atadas en las mías y sus dedos sujetando a los míos sobre su estómago desnudo. Levanté mi rostro para observarlo, nuestras orbes chocaron y habían demasiadas cosas no dichas en esos ojos que me miraban como si quisieran gritar. Trepé por su cuerpo ante la diferencia tan grande que había entre nuestras cabezas, debido a su altura, y enredé mis piernas a cada lado de su rostro, sosteniéndome de sus hombros, acerqué nuestros rostros e intenté sonreír, estiré mis labios en una mueca divertida y sensual que tenía la intención de quitarle hierro al asunto.
—¿Deseoso de atarte de por vida a mí, Clarence Dominic?
—Tu vida y la mía siempre han estado atadas, dulce reina, naciste para ser mía y yo tuyo —enredó su mano derecho con posesividad en mi nuca, sujetando la parte baja de mi cabello y acercándome con la misma fuerza hasta que nuestros labios chocaron sin nada de sutileza, barrió conmigo y me atacó con su lengua, dejándome sin aire, se removió como si sufriera, al final cerró los ojos suspirando —. Fuimos hechos con fuego y lágrimas, nacimos para destruir todo juntos. Sé que no me necesitas y sé que no te necesito, pero nada en esta puta vida se siente mejor que llamarte mía.
—Nada se siente mejor que llamarte mío, Evander. Nada se siente mejor que saber que tu amor es capaz de poner a todos los que me odian de rodillas —susurré, mirando con la misma forma férrea con la que él me observaba —. Pero no es tiempo para una unión que deseo que sea el centro del universo, que todos vean y admiren, para recordarles que nadie pudo separarnos o destruirnos; no una unión fruto de una desesperación como si fueras a perderme mañana —levanté mi rostro y me erguí sobre su cuerpo —. Voy a casarme contigo, pero no pronto, no hasta que dejes de llevar una corona llena de mentiras sobre tu cabeza.
Sus labios se curvaron en una mueca. Sus manos fueron a mi cintura y vi la su intención de pararse y echarme a un lado, me anclé a su cuerpo con fuerza y sostuve sus manos.
—¿Te he pedido que vayas a algún lado?
—Tengo cosas que hacer, Bailey Vandery —zanjó —. Debo mantener tu puta cabeza pegada a tu cuerpo y no voy a lograrlo aquí.
—Aquí es donde tienes que estar —amenacé, mirándolo con enojo —. No necesito que seas mi salvador.
—No me importa lo que necesites —rodó los ojos y se removió con intención de levantarse nuevamente.
Le sujeté las manos sobre su cabeza con más fuerza.
—No te he dicho que te muevas —susurré sobre su rostro.
—¿Que desea mi reina? —gruñó, el enojo de no haber aceptado su propuesta de matrimonio mediocre, sentimental y sin alguna joya de lujo era evidente. Lo amaba, amé su determinación de querer casarse, pero las cosas no funcionaban cuando él lo deseara.
—Te quiero a ti —gazné —, en mi boca, empujando dentro de mi garganta y corriéndote sobre mí.
Un grito ahogado salió de mi garganta cuando me dio la vuelta sobre su cuerpo como si fuese un pequeño ser y quedé delante de su erección endurecida como hierro, sus grandes manos se anclaron a mis muslos y me movió sobre su cuerpo y jadeé cuando mi entrepierna quedó a la altura de su boca y su aliento me erizó cada vello de la piel.
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El rey de las mentiras I | [Trono Envenenado I ] ✓
General FictionTRONO ENVENENADO I "Dominar al Rey de los engaños pudo haber sido sencillo para Bailey. Lastima que el amor y el deseo que una vez existió, complicaba las cosas" Portada: anjoanmest (anbookcover en instagram) Iniciada: 14-08-2022 Terminado: 8-04-202...