1. Cuarto de Makoto Naegi I

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Había vuelto corriendo a la habitación de Naegi, solo que está vez llevaba un peso extra en su espalda: una chica idéntica a la gamer, solo que esta última parecía bastante descuidada. Sus ojos veían de lado a lado con cierto temor, como si no quisiera que alguien no deseado apareciera.

—Ya queda poco... —contestó la IA, aún cargándola. Por suerte sus circuitos podían aguantar bien a su contraparte.

La contraria no contestó, su mirada solo podía mirar de un lado a otro, parecía una paranoica. Bueno, realmente sí se había convertido en una que hasta balbuceaba.

—Ya hemos llegado... —dijo la Gamer al entrar en la habitación del suertudo desesperado.

Nada más entrar, esta se dirigió a la cama y la dejó. La real se alejó instantáneamente de su doble, a una pobre esquina, arrastrándose por la cama, completamente asustada y temblando. Parecía un perro asustado.

—Cálmate... "Ella" no está aquí.

Sabía que si nombraba la palabra Junko o Enoshima, su contraria podría ponerse con un ataque de pánico, pensando que la había mentido y pudiendo tener las queridas alucinaciones que había dicho la falsa Kyoko.

—Esta vez no te haré daño... —refiriéndose al tema de las pistolas y cuerdas que usó en el pasado—. No tengo nada, ¿ves? —le enseñó su mochila para que pudiera sentirse relativamente tranquila.

—Iré a por Naegi-kun... quédate aquí, ¿vale? —intentó calmarla, viendo esta cómo se acurrucaba en un sitio sin moverse, solo temblando.

La otra Nanami se quedó dormida en su pequeño hueco de soledad. Quizá pueda dormir sin pesadillas esta noche. Quizá, solo quizá.

Había entrado a su habitación luego de un largo período estando afuera. No había hecho mucho, no es como si tuviese ganas de hacer algún tipo de travesura estos días; al fin de cuentas nada le llegaba a llamar la atención y eso le fastidiaba de alguna manera.

—¿Mm...? —sintió un mal presentimiento tras cerrar la puerta. Es como si algo estuviese invadiendo su zona.

Y estaba en lo correcto, al darse la vuelta pudo ver perfectamente  a la gamer acostada en su cama. No sabría si pudiera decirse que tranquila ya que la veía un tanto tensa. Esto intrigó al desesperado que a paso lento se acercó donde la chica.

—¿Y está puta niña, qué? —insultó en voz baja, mirándola detenidamente. Su ceño se frunció al ver que estaba... herida. Pero parecía de gravedad como para llevarla al hospital, ¿en donde se había metido para acabar así? Debía ser una maldita broma.

—Parece que ya la conoces... —comentó, acercándose al chico mencionado mientras miraba a la otra Chiaki Nanami dormir con cierta tranquilidad—. Yo soy solo una copia... ella es la verdadera, Naegi-kun.

—Está hecha un asco —dijo sin filtros, mirando a la chica dormida en su cama de arriba a abajo—. Debió sufrir una tortura. Dime, ¿ella tiene algo que ver? —no era necesario explicar a quien el desesperado se refería. Con solo ver el desastre de la que, aparentemente, era la Chiaki Nanami real, se podría dar cuenta.

—Sí, fue ella con su chantaje emocional... —afirmó sin mirar al contrario, absorta con la que dormía—. Aunque, yo sí tuve que ver con lo de sus manos y parte de sus tobillos, digamos que se me "cruzaron los cables", literalmente —se había vuelto desesperación por un lapso breve de tiempo—. Como sabrás, estuvo aguantando por todos y la traje aquí. Siento que estaría más segura contigo o Kamukura-kun, suele venir ella a mi habitación.

—¿Qué te hace creer que estará segura conmigo? —cuestionó gélido, dirigiendo su mirar a la IA a su lado—. Podría hacerle cualquier cosa, nada te asegura que no pueda dejarla peor de lo que ya está.

—No te atreverías, a mí no me hiciste nada cuando dormí contigo ayer —le contestó—. Y no creo que le vayas a hacer algo... está bastante tocada, de todo, literalmente. No sé cuánto más resistirá de esa manera. Y... no creo que Kamukura-kun la quiera cerca... supongo. Quizá lo incomode, uhm... —hizo una breve pausa y, viendo que el suertudo no habló, continuó hablando—. Será mejor que la lleve... solo, que se sentía un poco segura a tu lado —tomó a la otra Nanami y la cargó en su espalda, dormida—. Siento las molestias... la llevaré al hospital, sería lo mejor para Nanami-san.

—Claro, ¿y estás segura de que nada les pasara en el camino? Junko esta en todas partes aunque no se vea. Bien lo sabes —frunció el ceño.

—No lo sé —contestó al desesperado—. Y seguramente venga a mi habitación a buscarla. Está mucho peor de lo que crees, Naegi-kun.

—Joder, mierda... —maldijo, masajeándose la sien irritado—. Muy bien, muy bien. Vamos al puto hospital, al fin de cuentas me aburre estar en esta casa llena de inútiles.

Al ver que accedió, se fue al hospital con la otra Nanami a cuestas, sin percatarse de si venía tras ella o no.

Freedom [Rol de Discord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora