Promesa de Dios

3 1 0
                                    

Es un gran consuelo para nosotros saber que tenemos a un Dios omnipotente a quien acudir en todo momento. Saber que tenemos la oportunidad de recibir aquello que anhelamos gracias a su amor y misericordia es restaurador. Pero, ¿acaso alguna vez Dios te ha confirmado aquello que tanto has pedido? Eso es un nuevo nivel de alegría.

Cuando Dios confirma aquello que anhelas está prometiendo que, sin importar qué, eso sucederá, es la respuesta de Dios a nuestra oración. No desistas si ves que Dios aún no ha respondido a tu oración, Dios tiene un momento perfecto para todo. Tal vez está probando cuánta fe tienes en él y con cuánta determinación oras. Pero eso es entre Dios y tú, él siempre tiene un por qué y una razón, no te desanimes ni desistas.

La confirmación de Dios es un sentimiento difícil de explicar, no es algo que se escuche ni se vea, se siente con el corazón, es un sentimiento de paz, alegría y alivio.

Ahora bien, cuando Dios confirma a nuestro corazón eso que anhelamos no debemos dejar de orar por ello, sino que ahora nuestra oración ya no es de petición, sino de convicción, agradecimiento y fortaleza para recibir aquello por lo que tanto hemos pedido. Aún debemos ser constantes en eso que deseamos con fe y firmeza, porque ahora sabemos que sí, que eso que deseamos va a ocurrir, pero no dejemos de estar en comunión con Dios. Hebreos 10:23 dice:

《Mantengámonos firmes, sin dudar, en la esperanza de la fe que profesamos, porque Dios cumplirá la promesa que nos ha hecho.》

La firmeza es importante, no permitamos que nuestra fe disminuya aunque el tiempo pase y aún no veamos el cumplimiento de la promesa de Dios. Él lo hará, si Dios lo prometió lo hará.

Mantengámonos firmes en su Palabra, en oración y en fe. La promesa de Dios debe ser una razón para unirnos más a él y glorificar su nombre, no para apartarnos ahora que ya está confirmado lo que hemos pedido.

Un consejo que tengo para ti, lector, es que leas diariamente las promesas de Dios en la Biblia, esos textos que reconfortan nuestro corazón en donde Dios nos asegura, ante tantas cosas, que Dios es fiel y que recompensa a los que lo buscan. Haz una lista de aquellos con los que te identifiques, hazlos tuyos, dedícale salmos a Dios. De esta manera haces que la palabra de Dios se guarde en tu mente y en tu corazón y venga a ti en momentos de angustia y vulnerabilidad.

Lector, no dejes nunca de orar, ya sea que Dios te haya respondido o aún no lo haya hecho, no desistas. Todo tiene un tiempo y un plan perfecto. Si Dios te ha confirmado eso que tanto anhelas, ¡felicidades! Adóralo, dale gloria, honrra y honor. Si aún no lo confirma, adóralo, dale gloria, honrra y honor. Porque como sabes, todo lo que Dios hace es para nuestro bien y su gloria.

Oración:

Dios y Defensor mío, te doy gracias por escuchar mi oración, gracias por haber respondido a mi clamor. Instrúyeme en tu verdad, hazme rebosar de tu Espíritu y amor. Reconozco que eres Dios, y reconozco que eres fiel, ¡siempre cumples tus promesas!

Permíteme darte gloria, honrra y honor toda mi vida, permíteme reconocerte delante de otros, y que otros puedan ver la obra que haz hecho en mí. ¡Bendito sea el nombre del Dios altísimo, el Dios que todo lo puede y que se apiada de mí. Gracias por ser misericordioso, gracias por haber tenido piedad de mí!

Deseo dar testimonio de tu amor, de la obra que estás trabajando conmigo. No me dejes caer, dame paciencia para esperar en tu tiempo y confianza en que tú cumplirás cada palabra de lo que me has prometido.

En el nombre de Jesús, Amén.

Aprendiendo a pedirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora