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La tensión en esa casa era palpante, parecía que se podía cortar el hilo del desastre en cualquier momento y por nada. Jungkook en cuanto se sintió un poco mejor, huyó de ahí para ya no soportar las peleas diarias que los señores Min tenían a diario. Le ofreció a Yoongi irse con él pero este se negó, no queriendo dejar solo a Jimin o que Jimin se fuera a otro lado.

Tan solo habían pasado cinco días.

Los dos chicos estaban sentados en la sala, viendo películas y comiendo frituras mientras hablaban de cualquier cosa. Eunji había llegado hace veinte minutos, los saludó y se fue a la cocina de donde aún no salía. La puerta sonó, pero no voltearon, suponiendo que sería GiYoon.

— Hola, chicos. — Les saludó. — ¿Ya llegó EunJi? — Susurró, Yoongi solo asintió. — O-Oh... Está bien.

Y se fue de ahí en dirección a la cocina, Yoongi, por curiosidad, quiso voltear a mirar para ver que mínima cosa le recriminaria Eunji.

A penas se paró en el marco de la puerta dio un pequeño salto.

— Cariño... Llegaste temprano. — Le dijo GiYoon con nerviosismo. — Te traje el helado que me pediste en la mañana.

La mujer se acercó a él, tomando la bolsa que se le era entregada y le echó un vistazo. Devolvió la mirada a su marido.

— Es de vainilla. — Apuntó.

— Justo como me lo dijiste. — Le dijo el hombre, orgulloso de sí mismo.

— ¡Te dije que quería de chocolate! — Le gritó, Jimin, quien no estaba de chismoso como Yoongi, saltó un poco sobre el asiento. — Maldito embustero, ¿No me pones atención? ¡Eres un idiota!

— ¿A penas lo notas? — Susurró Yoongi, devolviendo la mirada al televisor.

— Pero Eunji, amor, me dijiste en la mañana que querías de vaini-

— ¡Chocolate! ¿No fui lo suficientemente clara? — Sobó sus cienes con desesperación. — No puedo creer que tenga de planta a dos hombres tan inútiles como tu y Yoongi.

Eso, definitivamente, hizo que Yoongi se metiera.

— Que GiYoon sea un impotente que no te funcione ni para coger no tiene nada que ver conmigo, Eunji. — Le dijo con enojo. — Deja de meterme en sus peleas estúpidas solo porque tu tarjeta de crédito ahora tiene límite por las estupideces de tu esposo.

— ¡Min Yoongi! — Regañó GiYoon.

Mierda, ¿Dónde meto la cabeza? Pensó Jimin, incómodo.

— ¡Él será un impotente, pero tu eres un maricon de mierda! — Le gritó Eunji de vuelta, el enojo en Yoongi incrementó, pero, sonrió ladino.

— Ey, al menos yo tengo la posibilidad de escoger si la meto o me la meten, así no lidio con impotentes y disfruto de un buen culo, ¿No crees? — El rostro de la mujer se tornó rojo, trató de acercarse a Yoongi pero GiYoon la detuvo por la cintura.

— ¡Súeltame! — Le gritó a su esposo. — ¡Te daré una lección, te quitaré lo maricon de una maldita vez para que dejes de ser una puta vergüenza para la familia Min!

Yoongi rodeó el sillón para tomar las llaves de su auto, su cartera y la de GiYoon sin que este se diera cuenta.

— Jimin, vámonos. — El menor ni siquiera habló, se puso de pie al instante y lo siguió hasta salir de la casa.

Lo siguió en silencio, aún escuchando los gritos de Eunji dentro de la casa, Yoongi abrió la puerta de su auto para Jimin y este entró, vio al mayor rodear su auto y subir al lado del piloto y simplemente comenzó a manejar sin decir nada.

《Secret's》 ◇Yoonmin Au◇⁷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora