《Secret's》 ◇Yoonmin Au◇⁷

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Dejó el celular de lado en cuanto escuchó la puerta del baño ser abierta y levantó la mirada, Yoongi salió de ahí con un pantalón negro al igual que la playera, su cabello húmedo y la toalla al rededor de su cuello. Sus miradas se encontraron y Yoongi le sonrió, amando el sonrojo en las mejillas de Jimin.

Después de el momento algo íntimo que tuvieron la noche anterior y ser interrumpidos por una llamada equivocada de parte de Jungkook, Yoongi reiteró una vez más que, no quería volver a casa sin embargo, si Jimin quería hacerlo, entonces volverían. Claro que, el menor estuvo de acuerdo en no regresar.

Yoongi ya era conocido en el hotel donde se hospedaron por la noche -para bien o para mal- ya que ahí iba cuando salía de su casa para tratar de relajarse de el horrible ambiente en ese lugar.

En cuanto estuvieron en la habitación, Yoongi de inmediato le cedió la cama al menor, priorizando su comodidad, pero, Jimin con algo de timidez le dijo que podían dormir los dos juntos en ella. ¿Qué tenía de malo? ¡No sería la primera vez que lo hacen!

Yoongi aceptó, y ambos pasaron una noche realmente cómoda.

— ¿Estás listo, Minnie? — El menor asintió. — De acuerdo, entonces podemos irnos ya. — Jimin de inmediato se puso de pie y se dirigió al mayor hasta quedar frente a frente. Yoongi se confundió al principio por el repentino acercamiento pero a los segundos pudo comprender. Sonrió. — Buenos días. — Le saludó, abriendo sus brazos para cobijar a Jimin en ellos.

El menor no lo abrazó de vuelta, pero si se acurrucó entre los brazos de Yoongi y su pecho. Sintiendo una extraña paz cada vez que él mayor lo abrazaba con fuerza, apretándolo contra su cuerpo.

De cierta forma... Lo hacía sentirse seguro.

Al separarse, Jimin corrió a la cama donde había dejado su celular y después huyó de la habitación, Yoongi no pudo evitar reír ante la timidez del menor, tomó sus llaves, teléfono y ambas billeteras para ir tras él.

El viaje fue silencioso, solo con Jimin poniendo música que tarareaba con la vista en la ventana, cuando salieron del hotel, estaba recién amaneciendo. Jimin nunca había visto algo tan lindo.

Llegaron a una residencia conocida en Busan, no solamente por lo bellas que eran las casas y las plazas al rededor, si no que, también por lo costoso que era vivir ahí.

Vaya, al parecer todos sus amigos son de la alta.

Al estacionar, Jimin titubeó al salir del auto, Yoongi lo notó así que solo salió, lo rodeó y abrió por él, ofreciéndole la mano para que saliera.

Jimin no dudó en aceptar el empujón de confianza que se le era brindado.

Caminaron atravezando el patio y Yoongi tocó el timbre, nadie abría. Volvió a tocar y escucharon un "Ya voy, imbecil" del otro lado, ambos rieron.

Y un somnoliento Jin abrió, en pijama mientras rascaba su ojito. — Buenos días, Yoonie. — Le saludó. — Oh, Jiminnie. Cada vez eres más tierno. — Se adentró a su casa, Yoongi le hizo una seña a Jimin para que pasara y el entró detrás de él, cerrando lo puerta.

— ¿Dónde quedó el "Ya voy imbécil"? — Se burló Yoongi. — De verdad que tus cambios de humor me sorprenden, pobre de Nam. — Jin lo vio después de voltear los ojos.

— Sabía que vendrías, pero no sabía que llegarías a las ocho de la mañana. Me despertaste. — Le respondió, haciendo un berrinche.

— Te mandé un mensaje diciendo que ya venía para acá y lo viste, creí que estabas despierto. — Las cejas de Jin se alzaron en sorpresa.

— Oh. Creí que había soñado que me llegaba un mensaje. — Yoongi negó con burla. — Cómo sea, me iré a dormir. Se quedan en su casa. Si quieren dormir, ya sabes dónde está tu habitación, Yoongi. — Se despidió, desapareciendo nuevamente por las escaleras.

Yoongi suspiró y miró a Jimin.

— Puedo hacerte de desayunar si tienes hambre y después podemos dormir un rato más. — Le propuso. — Más tarde llegarán Jungkook y Namjoon, y no podré dormir mi siesta. — Jimin asintió.

— Hyung... ¿Podría invitar a Taehyung? — Le preguntó con nerviosismo. — Es que, ya sabe. Con la ausencia de Hoseok, no quiero que se sienta solo.

— Claro que puedes, Jimin. — Despeinó el cabello negro del menor. — Ni siquiera debes de preguntarme, solo invítalo. — Finalizó, yéndose a la cocina.

Jimin empezaba a acostumbrarte a ese ambiente y trato tan... cómodo.