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I

[6:30 am] / 3 de Octubre.

El sonido de mi despertador hace que mis ojos permitan entrar la luz del día; me levantó al baño para hacer mis necesidades, me doy una ducha con agua justamente tibia, luego me lavó la cara y los dientes, aplicó distintas cremas y mi perfume de orquídeas. Voy hacía mi habitación y sacó ropa de mi armario. Me pongo un pantalón negro, una camisa de lineas y mis botas de siempre; la mañana esta un poco fría, así que también me colocó un saco café. La ropa café era lo mejor que existe en la vida.

Bajó a la primera planta, guardó mis cosas y mi paraguas azul con lunares blancos en una mochila pequeña que me dió mi mejor amiga en mi cumpleaños; tomó las llaves del apartamento y pido el ascensor.

Salí del edificio y empecé a caminar a mi cafetería preferida, estaba en Great Portland St justo enfrente de la librería donde trabajo.

Entré y había unas pocas personas, avanzó hasta el mostrador y el chico de siempre me atiende.

—Buenos días, ¿que te voy a dar? -me recibe con una sonrisa.

—Quiero un café caracol con crema batida y jarabe de caramelo. -saqué mi billetera.

—¿A que nombre? -sacó un vaso y un plumón.

—Grace, por favor.

Pagué la bebida y luego me fuí a sentar, saqué uno de los libros que había tomado prestado en el trabajo, era de H.P Lovecraft. El chico castaño empezó a llamarme, me acerqué al mostrador y recibí el café; salí de la tienda y crucé la calle para llegar a la librería.

Saque las llaves del candado que prohibía que la reja se abriera, alcé la reja y abrí la puerta, el olor a libro se fue presentado, amaba esto.

En mi locker guardé mi mochila con cosas, regresé al mostrador para prepar todo. Los días en esta tienda eran bastante tranquilos por la mañana, así que mi mejor pasatiempo era leer.

Estaba muy clavada en la lectura que no me percate de la hora, justo las 11:45 el horario donde el lugar comenzaba a llenarse; y tal como si lo hubiera manifestado, las personas llenaron el sitio. Me encantaba hacer una lista de las marcas de zapatos que más se veían, Converse, Vans, Nike, Reebok etc. Unas tres horas pasaron y un chico entró a la librería, específicamente al área de renta de libros; estuvo un largo rato viendo la sección de ciencia ficción y luego vino al mostrador, viéndolo un poco del rostro se parecía bastante al chico que atendía la cafetería.

—Me llevó este. -pusó el libro en el mostrador y le hice su recibo.

—Julio Verne, buena elección; le entregó el libro y tiene hasta el diez de octubre para devolverlo. -le di el libro junto con la nota.

El chico agradeció y salió del lugar, usaba unas Adidas blancas, una camisa blanca y un pantalón de mezclilla simple; cuando se acercó pude percatarme que olía a Dior y a cigarrillo. El día transcurrió con bastante tranquilidad como siempre.

[7:40 pm]

Terminé de cerrar el candado de la tienda y abrí mi paraguas por la brisa que había para después darle un último vistazo a la cafetería, observé ese atuendo y en efecto, era el mismo chico que se había llevado el libro de Julio Verne; pensé en tal vez saludarlo, pero creo que sería un poco raro, simplemente seguí caminando.

Llegué a mi departamento, al entrar saludé a Javier, el señor de seguridad que se encargaba de proteger a los residentes, al entrar me quité los zapatos y los dejé junto a la puerta, mí abrigo lo colgué en el perchero y fuí a la cocina para hacerme un té de tila, eso me hacía dormir bien por las noches.