XI

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Narrado por Joseph

Grace parecía encantada con la cabaña, ver la emoción que reflejaban sus ojos solo me causaba alegría, ella se había vuelto mi adicción, y ni siquiera se como ya que la única interacción que teníamos era cuando pedía su café por las mañanas; pero fue suficiente para tenerme todos los días esperándola.

--Este lugar es encantador. --ya habíamos dejado nuestras cosas, ella llegó y me abrazó.

--Me alegra que te haya gustado, ¿quieres comer algo? --nos separamos y caminé a la cocina.

--Para serte sincera no tengo mucha hambre, ¿tu si quieres comer? --se recargó contra la estufa.

--Tampoco tengo muchas ganas de comer. --sonreí y agache un poco la cabeza mirando al piso.

--¿Puedo preguntar algo? --se puso de pie frente a mí, alineó sus hermosos ojos con los míos.

--Adelante.

--¿Qué somos?

Esa palabra agitó mi interior, creo que para mi era claro que no eramos solo amigos, por lo menos para mi. Yo quiero que ella sea mi todo, la mujer que causé felicidad en mi interior con solo estar a su lado, quiero dormir abrazando su cintura todas las noches, quiero hacerla mía cada noche de las semanas, días y años, si ella ama el café, yo quiero ser su cafetera... Quiero ser suyo.

--Bueno, dudó mucho que seamos simplemente amigos, ¿verdad? --estaba nervioso, todos mis pensamientos se  limitaban si tenía que decirlos con palabras.

--Claro que no. --ella tomó un ligero tinte carmesí en su fino rostro.

--Y bueno, la palabra "novios" queda un poco simple. --lo qué llegué a sentir por ellos desde el primer día que tuvimos una conversación, no era querer un simple noviazgo--. Yo pienso que podríamos ser, amantes.

--Me gusta la idea, señor Joseph. --ella bromeó.

Quiero conocerla, quiero conocerla más que a mi mismo, saber hasta cuantos cabellos tiene. Quiero todo de ella.

--¿Quieres ir a la cama? No es con motivos sucios, lo prometo. --la pregunta se había escuchado demasiado indecente.

--Vamos. --me tomó de la mano y me jaló hasta el cuarto, no podía evitar dejarme controlar si ella lo hacía.

Ella se tiró a la cama, de la misma forma en la que paso en mi apartamento me acosté sobre su pecho, este mantenía un ritmo pacífico, mi mano se quedó sobre su cintura mientras ella jugaba con mi cabello.

[8:57 pm]

Estuvimos conversando, de un tema a otro terminamos hablando de las típicas anécdotas asquerosas que uno tiene en la niñez, no nos dimos cuenta cuando la noche consumió el cielo.

--¿Cuanto tiempo estuvimos así? --se levantó de la cama divertida.

--Cuando estamos disfrutando el tiempo suele esfumarse muy rápido. -me levanté detrás de ella y la abracé rodeando su cintura y apoyando mi barbilla en su cabeza.

--¿Que podemos hacer? --pegó sus labios a mi mejilla mientras me miraba.

--¿Quieres salir a ver la Luna? --estábamos en medio de la nada, el cielo y sus estrellas eran más fáciles de observar; ella asintió emocionada.

Tomamos nuestras chaquetas y salimos al exterior, tal como mencioné, el cielo brillaba más de lo usual, podían apreciarse los puntos de luz, estábamos sentados en el pasto mirando al cielo nocturno, la Luna siendo protagonista de la noche estrellada, mientras observó la bella escena a lado de la mujer que me hace sentir pleno.

ℓα ¢нι¢α ∂єℓ ραяαgυαѕ »→ נσѕєρн qυιηη Donde viven las historias. Descúbrelo ahora