XII

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[8:45 am] / 23 de octubre

Joseph y yo estamos despiertos, yo estoy acostada en su pecho, pero la cama era bastante cómoda y calientita, podría quedarme aquí por siempre.

--Puedo preguntar, ¿cómo fue la primera vez que me viste? --desde el día que mencionó que me veía a través de la ventana de su trabajo, no pude evitar pensar en como me habrá visto la primera vez.

--Ese fue el mejor día de todo el mes, por que el mejor día de mi vida fue cuando hablamos, y cuando me invitaste a tu casa... Bueno más bien, desde que te conozco todos los días son los mejores. --sonrió nervioso--. La primera vez fue hace unos ocho meses, la librería estaba buscando alguien para la recepción, vi el cartel por que ese día llegaba un nuevo libro sobre Van Gogh y lo quería comprar; entraste con un overol beige, una camisa de manga larga negra y tus Vans, había un hombre en recepción y le preguntaste sobre la vacante que estaba pegada en la ventana. Luego de eso no supe si te quedaste o no en el puesto, pero un día estaba en la cafetería cuando entraste, estabas un poco confundida con el menú y me preguntaste cual era el café que más vendíamos, así que solo mire el menú y te dije café caracol con crema batida y jarabe de caramelo. Al otro día llegaste y pediste lo mismo, al momento en que salí de la cafetería te vi saliendo, me recargue por ahí para verte caminar, me consumiste desde el día que entraste a la librería; y vaya sorpresa cuando también fuiste a 38 Langham St, sentí como esos momentos cliché de las películas donde todo parece ser una señal. Desde ese día te observaba pasar todas las mañanas y todas las tardes, me volví adicto a observarte; y por fin tuve la oportunidad de hablarte cuando ese día entraste tarde a tu trabajo.

No podía imaginar todo esto, lo que más me costaba creer es que alguien me mirará mientras yo hacía cualquier otra cosa, me hizo sentir nerviosa.

--Debiste hablarme desde un principio, me hubiera gustado.

--Soy un poco tímido, aparte creo que todo tiene su tiempo, tal vez nuestro tiempo es este, octubre, en otoño, en la pacífica ciudad de Londres.

No dijimos nada, solo nos quedamos haciéndonos compañía. Cuando fue la hora de salir de la cama, me robe una camisa de la mochila de Joe, me quedaba enorme, olía a Gris Dior y era azul celeste, me fui a la sala y el estaba ahí leyendo en el sillón, se ve tan lindo cuando esta distraído.

--Vaya, despertaste, si no venías en diez minutos iba por ti a la fuerza. --levantó la mirada de su libro y me vio de pies a cabeza-. ¿Esa es mi camisa?

--Era, era tu camisa. --me tiré al sillón y me recargue en su hombro--. Quiero ir por unas flores del cerezo que esta allá atrás.

--¿Te acompaño? --volteó emocionado.

--Claro que si, ¿crees que quiero ir sola?

Desayunamos y luego tomamos una tela para envolver las flores que traigamos. Cuando íbamos caminando, se sintió el aire tibio del ambiente, el olor que se mezclaba con el de los árboles de cerezo, llevaba la fragancia a todas partes, Joe camina a lado de mí, nuestros dedos meñiques rozan entre sí, por momentos siento la mirada de esos hermoso ojos marrones sobre mí, a veces pienso que es un poco irreal el hecho de que Joseph me quiera, ¿cómo puedo estar segura que no se irá?

--Te ves muy linda, bueno tu siempre te ves linda, pero hoy te ves más linda. --siempre que me decía cumplidos se ponía nervioso.

--Tu hoy te ves despejado, estas vacaciones han servido, ¿no es así?

--Me ha servido más que estés a mi lado, eso es lo único que necesito para estar bien.

No supe que decir, no estoy acostumbrada a que me demuestren afecto, y ahora llegó alguien que siempre que tiene la oportunidad, lo hace.

Su mano tomó la mía, y seguimos nuestro camino.

Llegamos al árbol, el dulzor que se percibía de lejos era más intenso estando frente a él, con unas tijeras pequeñas cortamos unas de ciertos lados, corté las que tenían manchitas, las que a vista de cualquier persona eran flores "feas" para mi eran especiales por el simple hecho de ser diferentes a las demás.

--Te ves hermosa desde aquí. --la voz de Joe se escuchó desde el otro lado.

--Tu también te ves bien desde aquí.

Seguí cortando cuando Joe llegó por detrás y me cargo de la cintura, al parecer no le costaba levantarme, me hizo sentir tan ligera como pluma.

--¿Que haremos cuando se acaben las vacaciones? --su cara se hundió en mi cuello.

--No lo sé, supongo que será un poco como antes, ¿y si nos quedamos una semana en departamento del otro?

--Yo haré lo que tu me propongas.

Cada palabra que salía de sus labios me hacía sonrojar, ni en un millón de años me hubiera imaginado que alguien me quisiera de la forma en la que lo hace Joe, me hacía sentir como si mi persona fuera la mejor parte de su existencia. Terminamos de cortar flores y regresamos a casa disfrutando del aire exterior.

--Me encanta hacer este tipo de actividades contigo, por eso te amo. --dejo un suave y tierno beso sobre mis labios, siempre que hacía eso una pequeña ola de electricidad recorría mi cuerpo.

Cayó la noche, las estrellas resaltaban el doble por la falta de alumbrado público, Joe y yo sacamos una serie de almohadas y mantas abrigadas para dormir a la luz de las estrellas, este tipo de momentos llenaban mi alma.

Con cuatro mantas encima y un abrigo, estábamos acostados sobre el frío césped, me acurruque en su pecho mientras el deslizaba la punta de las yemas de sus dedos en mi brazo y de vez en cuando en mi espalda

[6:30 am] / 29 de octubre

El golpe de luz que entraba desde la ventana del apartamento de Joe me hizo abrir los ojos, el estaba acostado con su brazo sobre mi vientre y su cabeza recostada en mi pecho, lamentablemente tenía que irme al trabajo, en cuanto regresé al trabajo hable con Andrew, ahora sólo iría dos veces a la semana y de vez en cuando los fines de semana.

Como pude desperté a Joe para poder levantarme, y me di cuenta que el ya estaba despierto por su forma de aferrarse.

--No te vayas, se supone que vas a ir menos veces al trabajo. --su voz sonaba muy ronca por estar recién despierto.

--Pero hoy tengo que ir, volveré con algo para comer no te preocupes. --levantó la cabeza con pereza para darme un beso en la frente.

Me di una ducha y salí del apartamento, el aire se sentía más limpio y puro, mi cabeza ya no era un desastre con pensamientos por todas partes, Lily ahora esta orgullosa por que al fin encontré a alguien; y lo más importante, por primera vez en mucho tiempo me siento feliz y plena, ya no tengo tanto miedo de lo que pueda pasar en el futuro.

La última vez que hable con mis papás les conté sobre Joe, mamá se puso muy feliz y papá parece aprobar la idea, y aunque estuviera ocurriendo lo contrario no me importaría por que hace mucho tiempo decidí dejar de hacer lo que los demás quieren que haga.

Joe ha mejorado mi vida en todos los sentidos, se convirtió en mi lugar seguro, mi persona especial y al mismo tiempo mi amigo, se que puedo contar con él para todo, de no haberlo conocido posiblemente mi vida sería igual. Conocer a Joe fue lo mejor que me pudo haber pasado aquí en Londres; Joe vino a salvar mi vida.

Joe vino a completar las estrellas en mi cielo.

✎ƒιη   ཻུ۪۪⸙͎*ૢ✧

ℓα ¢нι¢α ∂єℓ ραяαgυαѕ »→ נσѕєρн qυιηη Donde viven las historias. Descúbrelo ahora