Advertencia:
Esta historia contiene escenas de sexo duro y vocabulario fuertes, además de comportamientos abusivos, como violación, agresión, etc...por ello, si eres sensible a estos términos no continues. Sin embargo, quiero decir que no puedes olv...
En la penumbra de su habitación, Gulf permaneció tumbado y agotado en su deshecha cama, mientras sostenía entre sus dedos la tarjeta del alfa.
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MEW SUPPASIT
DIRECTOR GENERAL DE SUPPASIT'S COMPANY.
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Había estado dando numerosas vueltas, retorciéndose por el dolor y sin poder pegar ojo.
Llevaba así tres largos días, con sus tortuosas noches pues su celo aún estaba presente, aunque ya parecía estar remitiendo.
Este se le había presentado, tras el fortuito encontronazo con el portador de los increíbles ojos negros que no cesaban de atormentarlo.
Tras llegar a su casa aquella fatídica noche, el omega se había dado una larga ducha y luego había seguido sollozando por la marca de su cuello.
Estaba muy arrepentido de no haberse cogido un taxi aquella noche y mucho más, de no haberse enfrentado al alfa con todas sus fuerzas a pesar de que este había usado la voz pues al menos así, hubiera acabado muerto en aquel callejón y eso le era mucho mejor que la agonía de vivir marcado y sin nada que comer.
Gulf pensaba mucho en lo estúpido que había sido y en cómo pudo dejar que le pasase una cosa así pues sus clientes nunca habían intentado marcarlo, ya que esos alfas solo se lo follaban, pagaban y se iban.
En ocasiones lo había hecho en hoteles, otras en sus casas y con los más tacaños en plena calle pero ahora sería muy diferente pues seguro que cuando volviese al trabajo, estos lo rechazarían y se vería otra vez sin nada.
...-Menudo hijo de puta este tal Mew Suppasit-dijo tirando la tarjeta al suelo por enésima vez-...ese maldito alfa seguro que se estará riendo con sus amigos, feliz por haberme follado y por marcarme, mientras que yo estoy aquí sentenciado por su culpa.
Este cogió el fajo de billetes y suspiró con pesar.
-Al menos esto me dará para vivir un tiempo.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad pues el alfa pura sangre había pasado los últimos días con sus noches, intentando encontrarlo y maldiciéndose una y otra vez por lo que había hecho y por no haberse llevado al omega con él.
Su alfa interior reclamaba fervientemente al hermoso omega de pelo castaño y morena piel, mientras les quemaba las entrañas.
Ni siquiera sabía como se llamaba, ni como encontrarlo y estaba claro que éste no pensaba utilizar la tarjeta que le había dado.
Tres semanas después
Tras la dura agonía de su existencia, Gulf finalmente decidió acercarse a la empresa, donde supuestamente encontraría al alfa pues el dinero se le había terminado y tenía cosas muy importantes que decirle.
Ese día, el omega se cogió un taxi muy nervioso por lo que se podía encontrar pero rápidamente mostró la tarjeta al taxista beta y este lo reconoció enseguida.
Tras unos minutos, este llegó a su destino, entonces el omega se bajó y caminó hacia el interior del edificio, allí esperaba que le indicasen donde trabajaba el tal Suppasit y que este cumpliese lo que había dicho, ya que necesitaba su ayuda urgentemente.
...-Buenos días señorita- dijo a la recepcionista mostrándole la tarjeta-... ¿trabaja aquí este alfa verdad?, verá es que me dio esto y ...
-Claro, esto es el señor Suppasit. ¿Tiene usted cita, señor?-le interrumpió está muy sonriente.
-No, bueno la verdad es que él tan solo me dijo que si lo necesitaba, que lo buscase aquí.-explicó el omega.
-Ok, espere entonces un momento entonces, ¿señor...?
-Gulf, Gulf Kanawut
El omega se sentó mientras lo observaba todo en silencio, hasta que unos minutos la recepcionista volvió.
-¿Señor Kanawut?..suba en el ascensor hasta la tercera planta, por favor-le habló la recepcionista poco después.
El omega asintió e hizo lo que esta le indicó y una vez allí, fue hasta la mesa donde un sonriente y rubio omega escribía algo en el ordenador.
-Hola... soy Gulf, busco a...
-Oh si, venga conmigo, por favor-dijo este levantándose rápidamente de su silla.
Tras caminar por un pasillo lleno de ventanas, desde donde se podía ver toda la calle, el moreno omega se detuvo en una gran puerta y tras tocar con los nudillos la abrió.
-Pase señor Kanawut, el señor Suppasit le atenderá ahora mismo.
El omega obedeció, entonces entró y después de escuchar cerrarse la puerta tras él, pudo percibir el aroma del alfa, el cual lo observaba asombrado desde su cómodo y elegante sillón, detrás de una gran mesa de roble.
-Oh vaya eres tú, al fin apareces- escuchó hablar al alfa quién esbozó una amplía sonrisa, levantándose rápidamente y caminando hasta el omega al que llevaba semanas añorando-...wow eres más hermoso de lo que parecías en aquel oscuro callejón...emm...menos mal que has aparecido.
-Ho-Hola- balbuceó el sorprendido omega, extendiendo su mano algo temblorosa-¿Tú eres el mismo alfa que me abordó aquella noche y me marcó?
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El empresario alfa asintió con la cabeza, mientras caminó de nuevo a su mesa.
-Anda ven, sentémonos y hablemos.
-Que fuerte-dijo Gulf caminando detrás de este y mirando todo a su alrededor- ¿Cómo es que estando forrado, acabas follando en un sucio callejón con un omega como yo?
Tras sentarse, el alfa siguió cada movimiento del omega sentado delante suya.
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-Si, eso parece...bien comencemos, supongo que querrás una explicación...
