Fin

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Durante unas semanas, Gulf permaneció en su habitación bajo los cuidados de Anong y las demás doncellas de la casa.

También el alfa lo visitó muy a menudo y poco a poco, el omega fue perdiendo el miedo y dejando que Mew le mostrase esa otra parte de él que no conocía.

El alfa sonría y lo acariciaba mucho, también le hablaba sin gritos e incluso le daba de comer a la boca.

Realmente estaba cambiando y ni una sola vez le había hablado de sexo, ni tampoco de lencería o disfraces ridículos, solo le sonreía y besaba su frente y sus manos.

En un principio el alfa tuvo que tener mucha autocontrol y armarse de paciencia pero gracias a las terapias con un psiquiatra de mucho prestigio, especializado en comportamiento agresivo extremo en pura sangre, cada vez lo llevo mejor.

Una tarde, después de despertarse, Gulf estuvo escuchando muchos pasos de aquí para allá y muchos murmullos en el pasillo de la primera planta.

Este curioso preguntó al ama de llaves pero muy misteriosa, se encogió de hombros y luego le dijo que tan solo eran las doncellas limpiando a fondo.

Ya anochecía cuando de repente, vio entrar al alfa muy apurado.

-Pequeño, despierta-le dijo muy entusiasmado.

-Por favor, ¿Podrías esperar unos días más?-preguntó Gulf con miedo-… aún no me siento con fuerzas.

Mew lo miró confuso.

-Ven anda, no seas perezoso y levantate-habló este sujetándole con impaciencia- el médico dijo que puedes caminar perfectamente.

-Ven anda, no seas perezoso y levantate-habló este sujetándole con impaciencia- el médico dijo que puedes caminar perfectamente

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-No es perereza es que me da miedo que...

-Venga, no tienes nada que temer

El omega resopló y finalmente asintió.

-Está bien pero ¿podemos hacerlo aquí?... ah y ten mucho cuidado, te lo ruego

El alfa negó.

-No me refiero a eso, pequeño...ven, anda, quiero enseñarte algo.

El omega entonces se levantó con la ayuda de este.

-¿No quieres ir a tu habitación?

-Claro que no, ¿para qué iríamos allí?

-Entonces, ¿A dónde me llevas?

El alfa sonrió.

-Espera y ya lo verás

Mientras caminaban, el omega sentía su corazón latir tan fuerte que parecía que se le quería salir del pecho y luego de salir de su habitación, estos anduvieron unos pasos por el largo pasillo, hasta llegar a la puerta continua a la del alfa.

-¿Vas a decirme que ocurre?-preguntó nervioso el omega-¿Acaso me  voy atrasladar a esta habitación?

El alfa negó con la cabeza.

30. Luces y sombras -MewGulf-Omegaverse-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora