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Pov Chaeyoung:

—Sin duda las reacciones a nuestras campañas han mejorado muchísimo pero... Aún no es suficiente

—¿Y qué más quieres de mí papá?

—¿Has visto mejoras en la señorita Myoui?

—Sí, ella es buena, pero todavía no entiendo esta porquería de hacerme pasar por una diseñadora de apoyo

—¿Quieres desperdiciar todo tu talento y volver a la vida de vaga otra vez?

—Empezar desde tan abajo ¿es necesario?

—¿Estás menospreciando la labor de ser diseñadora?

—En lo absoluto, pero...

—Pero nada, estoy seguro de que si llegas a liderar la compañía te aburririas como con todo lo que haces, por eso, tu hermano se encargará cuando tenga la edad suficiente

—¿Entonces me quedaré donde estoy?

—Tú no quisiste estudiar administración ni quisiste aprender nada para ganarte ni siquiera el puesto de subgerente

—Puedo hacerlo

—Ya es tarde Chaeyoung

—¿Estás subestimandome?

—Sé que eres capaz de hacerlo pero también sé que si llegas a un puesto alto lo arruinaras. Todavía me parece increíble que hayas soportado un mes aquí... De todas maneras, te recuerdo que tus actos trajeron estas consecuencias

—¿Sabes qué papá? Vete a la mierda

Traté de mirarlo con toda la rabia que tenía contenida pero de seguro no le importó, mucho menos el portazo que hizo retumbar las mamparas de su oficina, llamando la atención de su secretaria y otros trabajadores que pasaban por ahí.

¿Cómo empezar?

Sun era una farsa.

En realidad era una Son, una de los hijos de unos de los empresarios más reconocidos a nivel nacional e incluso internacional.

Nunca tuve sueños con respecto a mi futuro, bueno tal vez ser una artista, pero como si el arte estuviera prohibido y solo pudiera seguir un camino "parecido", mi padre me obligó a ir a una de las mejores y más exigentes universidades para estudiar diseño, sin embargo, me convertí en un alma rebelde queriendo solo divertirse.

Nada me impidió asistir a cada fiesta de la que escuchara o ir a clubes y emborracharme hasta perder la consciencia, pero aunque mi vida era bohemia, tenía las mejores calificaciones sin siquiera intentarlo pero nunca pude ganar la aprobación de mi padre y tal vez estaba triste por eso pero jamás lo reconocería en voz alta.

Cuando acabé la carrera (hace muy poco tiempo atrás) quise intentar darme un descanso de los estudios, pero toda esa basura necesaria para administrar una empresa me perseguía. Si el diseño era tolerable no podía soportar lo demás, así que seguí con mis vicios y la vida loca, mi padre se cansó y me amenazó con quitarme todos los lujos, básicamente desherederarme y dejarme sin su apellido.

Este era mi castigo para lograr "reflexionar", no más fiestas, no más alcohol, no más droga, no más sexo, no más vida desenfrenada, adiós diversión, adiós Son Chaeyoung.

No sabía cuánto tiempo más duraría el martirio pero de un momento a otro mi compañera de trabajo lo estaba haciendo más tolerable e interesante

Myoui Mina, sus ideas y su portafolio eran increíbles pero realmente disfrutaba hacerla enojar, su expresión era sexy en extremo como ella por completo y el que me odiara, volvía las cosas más excitantes e interesantes. Pensé que tendría que hacer algo para que tarde o temprano cayera ante mí y aunque todavía no lo lograba del todo, sabía que lo haría.

Yo era una perfecta manipuladora, por lo que debía dejar de comportarme como lo hacía, de esa manera la tuve en la palma de mi mano pero aún tenía ciertas ideas rondando por mi cabeza, cosas que solo incluían su cuerpo y el mío volviéndose uno, por eso trataría de ser menos hostil, aunque claro, sin dejar que viera demás, jamás permitiría que mi verdadero ser fuera expuesto ante ella porque no buscaba nada serio, solo quería distraerme un poco. Aunque no ahora que acababa de tener esa estúpida conversación con el hombre al que llamaba padre.

No pude disimular mi enojo, entonces ahí estaba dando un segundo portazo con la puerta de la oficina que compartía con ella. Mina se sobresaltó e ignoré su mirada, tenía tanta impotencia, no fué bueno volver a ese lugar, estaba reteniendo las lágrimas.

De nada me servía hacerme la fuerte, entonces me levanté e intenté abrir la puerta para irme otra vez pero ella no me lo permitió, quise alejarme pero tiró de mi brazo para acercarme y me dió un abrazo.

Me derrumbé por completo frente a alguien que casi no conocía, bueno en realidad yo no conocía a nadie y nadie me conocía a mí, no me interesaba y no quería que eso pasara.

¿La razón? Las pocas veces que dejé entrar a alguien a mi vida terminaron decepcionandome o rompiéndome el corazón. Una de esas personas fué mi madre, no era necesario dejarla entrar porque ella ya estaba ahí, pero luego de confiarle todos mis secretos y creer que sería incondicional para mí, se fué con otro hombre, nuestra familia se derrumbó y ninguno de nosotros le importó más. Hasta el día de hoy no sabemos nada de ella.

¿Por qué estaba aceptando ese abrazo? No lo correspondí pero no me alejaba y seguía llorando, se supone que me limitaría a divertirme con esa chica mayor que yo y no mostrarle mi lado más vulnerable. Al parecer mi padre tenía razón, era un desastre y no cambiaría.

Cuando pude calmarme me alejé y ella habló con timidez.

—¿Quieres... Quieres hablar?

—No

—No es de entrometida, solo quiero...

—Nada, olvida que me viste de esa manera

—¿Desnuda o llorando?

Así que esta chica no se cansaba de jugar, tal vez sería una buena idea para continuar y olvidar lo que me afligía. De cualquier manera ella logró que una pequeña sonrisa apareciera otra vez en mi rostro.

—¿Acaso no dejas de pensar en mi desnuda?

Ví como desviaba la mirada y mordía su labio inferior, ¿Por qué tenía que ser tan jodidamente sexy?.

—En realidad mi imagen mental es difusa, deberías mostrarme tus tatuajes otra vez

—Tendría que pensarlo porque luego podrías escapar... Tu mente es verdaderamente perversa, debí vengarme

—Pues ya perdiste tu oportunidad

—¿Lo hice? Algo me dice que tendré más oportunidades

¿Sun? - MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora