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Eran las 6 am cuando me fuí del departamento, dándole una última mirada a Mina como si fuera una despedida eterna y no la fuera a ver en la oficina.

Subí al auto en dirección a mi casa, y como era sábado al fin podía descansar. Eso creí porque mientras me bañaba los recuerdos de lo que había pasado volvieron.

Literalmente, Myoui Mina era la mujer más hermosa, sexy y sensual que haya visto. La silueta de su cuerpo siendo iluminada por las luces artificiales de la calle y las del pasillo de su departamento. Su cabello, su piel y su tacto tan suave, el exquisito perfume que desprendía. Su boca, lengua y labios, sus pechos, su vientre, su espalda, su trasero, sus piernas. Era perfecta de los pies a la cabeza pero ya debía olvidarme y seguir actuando como la perra que era, esperando a que mi padre se dignara a sacarme de ahí.

No tenía ni una pizca de sueño, mi mente seguía corriendo a una gran velocidad, me acomodé sobre el sofá de la sala y encendí la televisión, solo para escuchar sonido y fingir que en realidad no me daba cuenta que estaba completamente sola.

Luego de comenzar a sentirme abrumada, fuí en busca de mi celular y cuando lo encontré ví aquel post it con su letra y su número.

¿Lo necesitaría?...

Nah ¿para qué?.

Pov Mina:

Al despertar, me dí cuenta que ella ya no estaba a mi lado, de cualquier manera me senté, me estiré y una gran sonrisa se formó en mi rostro.

¿Qué carajos había pasado?

Súbitamente recordé cada detalle, su tacto, su piel contra la mía, las intensas sensaciones que ella provocó en mí.

De forma inconsciente cerré los ojos y mis dedos se posaron en mis labios, pues sus besos poseían un encanto fascinante ¿Estaba tratando de traer la emoción de su contacto sobre mi piel?

¿Cómo el odio se transformó en esto? No sabía exactamente que era "esto", pero en ese instante deseé ser suya y que fuera mía cada noche que pasara.

¿Era demasiado?

Ella había logrado hacerme enloquecer, sobrepasar los límites del deseo y el placer, hizo cosas que nadie había hecho conmigo antes y si me hubiese pedido que le suplicara para que hiciera lo que sea, mis labios habrían pronunciado las palabras sin problemas.

Jamás sentí algo similar y daba miedo.

Pensé que lo del baño era insuperable pero la noche anterior sus dedos y su lengua me demostraron ser expertos en elevar la temperatura al máximo, en hacer perder la razón, en llevar a un viaje hacia alguna dimensión o realidad desconocida.

Me bañé disfrutando más que nunca la sensación del agua cayendo por mi piel, cerraba los ojos y no podía evitar recordarla a ella. El resto del fin de semana no fué diferente, me sentí sobre una nube todo el tiempo.

Recién cuando Nayeon llamó, recordé que debía pensar en algo más ¿Había olvidado a la chica de la que estaba enamorada? Definitivamente el deseo y la atracción podían cegar, no había forma de que sintiera algo más, tal vez algo había cambiado, tal vez la quería cerca todo el tiempo pero hasta ahí. No podía ser tan raro.

¿Sun? - MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora