Capítulo 8 "Sin verte"

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Año 1839

Me quedé desorientado, sin mover alguna parte de mi cuerpo, ¿por qué todo acabo así? ¿Debería hacer algo? No, yo no puedo ser algo, no soy quien. ¿Debería hablarle a Mei para que me ayude a solucionarlo todo? No, ella no sabe el porqué estoy aquí. Espera... ¿Está anocheciendo? Dios, Pigsy va a matarme si me quedo más tiempo.

-¿Mk?.-Escuchó una voz femenina detrás de él, sacándolo de su mar de pensamientos, agradeció por salvarlo de ahogarse. Volteo lentamente viendo por detrás de su hombro. Sin poder reaccionar fue empujado levente en su espalda, siendo encerrado por un par de brazos. Se asustó al principio, pero al ver quien era se relajó.

-Mk, Dios mío, tenía tiempo sin verte.-Hablo Mei, su mejor y más querida amiga. Se sintió más relajado, aflojó los hombros dando un gran suspiro. Su abrazo es la medicina de la ansiedad que le estaba pasando.

-Mei, me asustaste.-Se dio la vuelta para también abrazarla.-Es lindo verte, pelos verdes.-

-¿Qué haces aquí? ¿Trabajas en el castillo? Pensaba que trabajabas en la posada de tu papá, no imaginaba verte aquí.-Índigo la chica, realmente se sorprendió al ver a su amigo. Barrio con la mirada a Mk.-Y por lo que veo eres guardia.-

Al comentario de su amiga se quedó pasmado, analizando la situación.

-Este... Sí, soy un guardia. De hecho, cuando se reunieron hace rato, yo era el guardia de mi rey.-Jugaba con sus manos, estaba nervioso, no acostumbraba a mentir y menos a una querida amiga suya. Ojalá los Dioses lo cuiden de las consecuencias de esta decisión.

-¿En serio? ¿Y por qué no me saludaste?.-Le pico el pecho fingiendo molestia.-Como sea, ¿cómo está Pigsy y Tang?.-Ladeo la cabeza dudosa.

-Ah, ellos están bien, Pigsy está aumentando los menús de la posada y Tang sigue igual que siempre, lo hubieras visto cuando le conté de mi puesto como guardia, casi se hacía pipi encima.

-Si me lo imagino. Siempre Tang le entusiasman estos temas. Oye, si tú estuviste en la reunión ¿Viste el revuelto que pasó? Mi abuelo se molestó un poco, piensa que esos dos son unos infantiles.-Se rascó la nuca.-Esperamos hablar mañana con ambos reyes para hablar de nuestras necesidades.

-Oh... Sí, fue un desastre como termino, realmente me sorprendí como reaccionaron los dos.-Se talló la cara, frustrado.

-También escuchamos hace poco que otra vez hubo muertes de lujuriosos, como los llaman aquí. Pero, pues, no queríamos indagar algo que no nos incumbe.-Hablo seria.

-Lo sé, ¿no crees que el rey oscuro se veía molesto por ese tema? Digo, a nosotros lo de este pueblo nos debería molestar más que él.-

-Mk, supongo que ya se enfadó de tanta injusticia, aparte, alguien tiene que hacer algo, todo tu pueblo está igual de trastornado que Wukong.-Hizo una pausa haciendo una mueca de incomodidad.-Sé que es raro ver una relación de alguien de tu mismo sexo, hasta para mí es raro, pero, eso no significa que se merecen la muerte excusando que es pecado.

-Pensamos igual, Mei. Solo se me hizo raro su reacción.-Se agarró el mentón pasando varías ideas por su cabeza.-¿Desde cuándo existió la ley de la lujuria prohibida?.-Se preguntó a sí mismo.

-Pues según mi abuelo se creó unos meses antes de la muerte del padre de Wukong.-Le respondió la pregunta.-Mi abuelo no sabe el porqué se creó, solo apareció así de la nada.-tomó asiento en el piso haciendo pose de mariposa, volteo a ver al castaño y golpeo el piso para qué se sentará a su lado.-¿Por qué te interesa tanto?-

-Me gustaría alguna vez eliminar el pecado y ayudar a mi pueblo. ¿Sabes?, hasta me da ganas de preguntarle al mismo Wukong o si está involucrado de alguna forma a Macaque.-Volteo a ver a Mei, esperando inconscientemente su apoyo. Recordando que le iba a sacar la sopa al rey antes de la interrupción de la entrada de los reyes.

Lujuria prohibida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora