𖹭˚.09

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-Por favor Ran, ve lento...Ya sabes cómo
-dijo la rubia aferrándose más a la espalda del chico-

La adrenalina corría a través de los cuerpos de ambos.

-¡Hablo en serio Ran!, ¡Te lo ruego!-gimió apretándolo con más fuerza-

El Haitani mayor soltó una pequeña risa mientras se inclinaba hacia adelante ignorando las súplicas de la contraria.

-¡RAN! Te juro por las cenizas de mi abuelo, que si no reduces la velocidad de esta moto, ¡La tiraré junto a ti directo al Océano Pacífico!-amenazó-

-¿Me estás amenazando niña?

Emma solo se aferró a él con más fuerza, con miedo a caerse del vehículo por la alta velocidad en la que conducía el contrario.

Hace aproximadamente unos 30 minutos Ran notó la incomodidad de Emma con la presencia de su jefe y por alguna razón eso le incomodaba de igual manera a él, así que abandonó el lugar junto a su chica.
Luego de unos minutos se estacionó frente a su casa.

-Eres una completa miedosa.

-Ya cállate-la rubia frunció su entrecejo con rabia-

-..."Cállame"-pensó el contrario, frunciendo el ceño al instante al darse cuenta de sus propios pensamientos-

-Deja de actuar de esa manera y comienza a respetar Emma, por ahora lo dejaré pasar, pero luego abran consecuencias por tus palabras y acciones, tenlo en cuenta bonita. Ahora vayamos adentro, ya es de noche y necesito que me respondas a algunas preguntas.

-Eres un imbécil, no puedes andar así como así amenazándome por lo que haga o diga, eso es ser un cobarde que no soporta la opinión de los demás-refutó la chica y el mayor al escucharla tensó su mandíbula y apretó sus puños con fuerza, no estaba acostumbrado a que le hablarán de esa forma, puesto a qué era alguien muy respetado por su posición en las pandillas-

-A ver mocosa, no voy a estar para tus berrinches así que mejor mueve el culo y entra a mi hogar, te sentarás en el sofá y responderas con la verdad a todo lo que te diga o te pregunte. No creo que sea necesario enseñarte con acciones tu lugar aquí.

-No soy tu estúpido perro faldero para hacer lo que se te de la gana que haga Ran.

El de trenzas abrió sus ojos con un toque de sorpresa y frunció su ceño. No pudo evitar pensar en su pequeño hermano menor, Rindou, se solía comportar anteriormente de esta manera, parecía un pequeño cachorro rabioso que le causaba mucha ternura, pero no lo iba a dejar pasar por alto con la femina, su paciencia se estaba agotando.

-Escúchame con atención Emma, me importa una mierda el cómo te sientas o si estás de acuerdo con mis decisiones, no me interesa saberlo, solo métete en la cabeza cuál es tú lugar en este lugar, que por cierto es mi casa, y en mi casa harás lo qu...-no pudo terminar de hablar cuando la mano de la chica impacto fuertemente en su mejilla derecha dejándole un leve ardor-

Emma tapó su boca con ambas manos dándose cuenta del grave error que había cometido, pero no pudo evitar hacerlo puesto a qué había recordado las veces en las que discutía con su hermano mayor, Mikey.

-Lo lamento mucho...Yo no quise en serio, fue un accidente-sin embargo, sus disculpas no fueron tomadas en cuenta por el mayor frente a ella, quién tomó su muñeca de manera brusca lastimandola un poco, seguramente le quedaría una marca luego de todo lo que vendría, la jaló junto a el aproximándose a las escaleras, pero el miedo que sentía Emma le hizo todo más complicado, ella no pensaba en moverse así que el mayor la tomó de la cintura y la alzó para cargarla sobre su hombro derecho bocabajo en posición de un saco de papas-

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑 𝐆𝐈𝐑𝐋 Emma Sano (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora