𖹭˚.08

332 29 3
                                    

—— Oh dios mío, Kakucho ¡Esto sabe delicioso! Exclamó la rubia desprendiendo un aura alegre llevando a su boca el panqueque que gustosamente Kakucho le había preparado

—— Gracias Emma, me alegra oír que te guste Respondió el mayor antes de comenzar una larga conversación con la contraria

—— ¡Uhm-jum ! Carraspeó Ran, recordándoles que el también se encontraba allí

—— ¡Oh! perdona Ran, por cierto, él no me dijo que fuese tan...se quedó callado por unos segundos bonita.

——Si... qué lastima ¡Oh! Pero mira la hora, ¡Es demasiado tarde!, y creo que deberías irte, no sea que él se vaya a preocupar por ti

Kakucho gruñó.

—— ¿A quién se refieren con "el"?

Kakucho cambió su expresión al observar a Emma.

—— El líder de nuestra pandilla, Izana

—— ¿Izana...? Susurró

No recordaba su pasado perfectamente, solo la vez que su madre le abandonó.
Pero ese nombre... Le sonaba familiar, realmente familiar, pero no lograba asimilar de dónde.

Ran abrió la boca para hablar pero Emma noto coymo Kakucho le dió una rápida mirada que parecía amenazante.
no entendía.

¿Qué estaba sucediendo?

En ese momento se escuchó cómo las llaves ingresaron por la puerta principal.

Era Rindou.

El se acercó con tranquilidad hacia la mesa.
Colocándose detrás de Emma.
Tomó su barbilla y alzó su rostro para verse fijamente por algunos segundos.

Emma se sonrojo por la cercanía que había entre ellos.

Rindou sonrió al sentir las miradas pesadas sobre él.

—— Tu cara se ve mucho mejor ¿Dormiste un poco? Preguntó acariciando la mejilla de la contraria

—— S...Si.

—— Oye Emma, ¿No te gustaría ir a distraerte un poco? No lo sé, kr a algún centro comercial o ese tipo de cosas que te gustan hacer... Kakucho pensaba que quizás sería buena idea que Emma saliera a pasar la noche fuera de casa, luego se las arreglaría con Izana.

Los ojos de Emma se iluminaron y asintió inmediatamente, sacándole una sonrisa al de la cicatriz.
Ella era muy bonita.

—— Muy bien, pero antes termina de comer, para que puedas ir a arreglarte un poco, quiero que compremos cosas para tí.

Kakucho dirigió su mirada hacía los Haitani quienes le miraban con una ceja en alto.

Izana les había dejado en claro que la chica tenía prohibido salir, a menos de que fuese algo importante y que estuviera acompañada por alguno de ellos.
¿Pero para pasar el rato?

Estaban locos si pensaban desobedecer a su líder.

Kakucho sonrió por su desición.
en el fondo sabía que Izana sería incapaz de lastimarlo.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑 𝐆𝐈𝐑𝐋 Emma Sano (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora