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CAPITULO 4

Las suaves melodías de Nuvole Bianche sonaban por toda la casa, y Kara que estaba a varios metros fuera en el jardín mientras cortaba y cosechaba papas y zanahorias en la huerta se deleitaba con la melodía que Lena estaba tocando en el piano dentro en la sala. La piloto se deleitó con el aumento del tempo y la intensidad, amaba la manera, el sentimiento con el que Lena tocaba el piano, amaba cómo la hacía sentir, lo que provocaba en ella. Recogió en su canasta las nueve papas que había cosechado, le quitó la tierra sacudiendo las cuatro zanahorias y caminando hacia el sector donde Lena había instalado el sistema hidroponía donde tenía creciendo las lechugas, sacó solo una mientras observaba el perfecto crecimiento de las demás.

Con la canasta en la mano caminó hasta la casa, la puerta trasera abierta que daba acceso directo a la sala de estudio donde estaba el piano y Lena tocaba, Kara se apoyó contra el marco de la puerta corrediza y miró a su novia, Lena tocaba Experience de Ludovico Einaudi. Kara miraba hipnotizada el movimiento de los dedos de Lena, el rostro tranquilo y una suave sonrisa de vez en cuando. Kara amaba esto, amaba esta vida (cuando su pierna no dolía y no había miedo) escuchar a Lena tocar el piano era el cielo y Kara quería estar ahí por siempre. La melodía bajó por un par de segundos y luego regresó con fuerza e intensidad, Kara tragó el nudo que se le formó en la garganta y cuando Lena terminó la canción se giró, Kara se acercó y dejando la canasta a un lado en el piso se subió a horcajadas sobre su novia quien la sostuvo rápidamente colocando sus manos en el trasero la rubia.

- ¿Sabes que amo cuando tocas así? –preguntó mientras acercaba su rostro al de su novia buscando un beso

- Creo que podrías haberlo mencionado una o dos veces –dijo Lena con una sonrisa engreída en el rostro, Kara quería besarla hasta borrársela sabiendo que su novia amaba cuando la alagaban.

- Que esta sea la tercera entonces –dijo y luego la besó, las manos de Lena sobre su trasero se apretaron atrayéndola más cerca y sin poder evitarlo gimió suavemente cuando su centro chocó contra su novia.

El beso se intensificó con bastante rapidez, Kara pasó sus manos por la espalda y subió hasta la nuca de novia, acarició el cabello negro y se meció en busca de más fricción, más contacto. Quería sentir a su novia, quería que Lena la tomara ahí mismo si era necesario; y así fue cuando Lena la cargó y con esfuerzo liberó una mano y cerró el piano, la hizo sentarse sobre el mismo y la besó con fuerza. Meció sus caderas contra el vientre de su novia y apretó el agarre en el cabello de Lena mientras sentía cómo la mano de su novia buscaba desabrochar el botón de su pantalón, Kara gimió mientras levantaba las caderas para darle mayor facilidad a Lena, ésta tiró de los pantalones y los desechó en el piso junto con las zapatillas.

- Dios, eres preciosa –dijo Lena pasando sus manos por las piernas de su novia. Kara tragó con fuerza mientras sentía las suaves manos de Lena acariciar la piel de sus piernas, por un breve momento se sintió nerviosa esperando que Lena mirara raro su pierna izquierda aun cuando claramente no era la primera vez que la veía desnuda, de hecho muchas veces incluso había acariciado su pierna, y le gustaba dejar besos por toda esta –Hey, mírame –Kara obedeció, miró a los ojos verdes de Lena, ésta habló con seriedad pero tenía una mirada llena de compresión y amor –amo todo de ti, no hay una parte de ti que no me guste.

- ¿Aún con la cicatriz? –preguntó en suave murmullo

- Aun con la cicatriz, ¿cómo podría no gustarme algo de ti? Eres la mujer perfecta para mí, cariño –dijo Lena y luego la besó, sus manos acariciaron sus piernas y luego subieron hasta la costura de las bragas, Lena la miró buscando permiso que fue rápidamente concedido cuando Kara levantó las caderas nuevamente. Lena dejó caer las bragas al piso junto con el otro montón de ropa, y pasando sus manos por las bronceadas piernas las abrió, se deleitó con la vista del coño mojado de su novia, pasó un dedo por la abertura reuniendo la mayor cantidad de humedad y miró a su novia cuando la sintió estremecerse y gemir –Te amo tanto Kara. –la rubia gimió nuevamente y Lena se estiró para besarla mientras la penetraba con dos dedos.

La Última Carrera 2 - Supercorp AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora