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¡Putas verduras de los cojones!- pienso mientras preparo para Wilhemina una receta de soufflé de calabaza, nueces y queso de cabra que he descubierto en Internet después de tirarme dos horas delante de la pantalla. Pero buscaba la receta perfecta para ella y no cesé mi búsqueda hasta encontrarla.

Perdonen perdónenme que sea así de brusca en un primer instante pero no pensé jamas que el mundo de las verduras fuera tan amplio y complejo. Yo que me limitaba a la berenjena, alcachofa y hojas de ensalada he descubierto en esas dos horas un complejo universo de hortalizas y frutas...qué digo universo es una total galaxia! Y ya he sacado una conclusión: el vegetarianismo no es lo mío.

Pero no es para mí esa cena, es para ella, y es sábado por la tarde y estoy de los nervios porque llevo dos fallidas con el soufflé de las narices...pues una vez lo saco del horno se me desinfla sin piedad...y no! ¡Tiene que ser perfecto! ¡Tiene que ser perfecto! Me repito una y otra vez.

A la tercera va la vencida y por fin consigo mi meta pero enseguida me doy cuenta que se me fue el tiempo y que no me he arreglado, ni duchado, ni vestido, ni maquillado, ni peinado ni sé que diablos voy a ponerme!

Menos mal que Dorian me ha ayudado pues él ya está vestido y ya está poniendo la mesa para los invitados. Ahora que lo pienso ese día no soy consciente de lo que estoy haciendo o no lo soy del todo porque ni siquiera he visto que lleva puesto él, ni lo he mirado ni le he dicho "Qué guapo estás cielo" nada...cero...es como si me diera absolutamente igual ¿Entienden?

Mi única preocupación esa noche era estar perfecta para ella. No sabía nada de Wilhemina en días, finalmente no la había llamado y la última vez que la había visto habíamos vivido un "momento" que aún no sabía como interpretar y estaba asustada pero expectante y sí, mi única preocupación era estar perfecta para ella.

-¿No te has pasado un poco?- me comenta Dorian nada más verme salir de la habitación.

-¿Voy mal?- le pregunto mientras me miro lo que llevo puesto y lo vuelvo a mirar a él.

-Todo lo contrario Lara...estás espectacular- sonríe- No esperaba que te pusieras tan guapa para una cena...estás maravillosa- me piropea.

Lo cierto es que lo sabía. Sabía que me había puesto espectacular, porque sé perfectamente como "explotarme". Me he colocado un vestido ajustado, me llega a la altura de medio muslo y es de color gris pizarra con escote palabra de honor...se que tengo los hombros al aire pero mis hombros son una parte de mi cuerpo que más me gustan...ha sido intencionado obviamente.

También me he secado el pelo a "lo natural" dándole un toque desenfadado lo mismo que mi maquillaje que es muy natural y puede que Dorian tenga razón, puede que para una cena en mi casa me haya pasado un poco.

-Voy a pensar que te gusta Michael- bromea, pero a mi como se pueden imaginar esa broma no me hace ninguna gracia...pues en parte acierta...en parte aunque todos sabemos aquí que no es en Michael en quien me he fijado...el caso es que no me da tiempo a sentirme mal...algo nos llama la atención.

Han tocado el timbre de abajo y Dorian se dirige para abrirles. Me miro las manos y noto que me sudan "Vamos Habel tranquilízate" me animo. Es curioso que yo misma me autodenomine  ya Habel es como si empezara a olvidarme que soy una Ashton.

Dorian está en la entrada para recibirlos  y yo estoy en el salón. Ya los oigo de fondo.

-¡Buenas chicos! Entren por favor!- les invita después de saludarlos, creo que a Michael le ha dado la mano y a ella un par de besos...creo que lo he oído.

Sigo en el salón y antes de verles aparecer por la puerta exhalo y expulso el aire profundamente, necesito sacudirme los nervios como sea.

-¡Qué guapa estás Lara! ¡Qué alegría verte!- ha sido Michael.

Guardaré mi libertad - Wilhemina VenableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora