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-¿Dónde está ella Michael? ¿Dónde diablos está mí Wilhemina? -Le cuestioné casi desesperada.

-¿Tú Wilhemina Lara? ¿Tú Wilhemina dices? -Interrumpe sorprendido mi marido sin dejar que Michael me conteste.

Justo en ese punto, justo en ese instante es dónde me doy cuenta que ni he aprobado ni desmentido mi relación con Wilhemina, que no le he pedido perdón, que no me he disculpado, que no he hablado una sola palabra con Dorian directamente.

Lo miro a los ojos, lo veo aún medio catatónico, no sabe qué pensar, él ya está herido pero no es consciente aún de ello, no termina de sangrar y yo...yo sé que tengo que rematarlo sé que tengo que terminar con todo este teatro.
Es un punto sin retorno y lo tengo claro, no hay vuelta atrás.

-Lo...lo siento Dorian, lo siento mucho cielo.. -Le dije a trompicones y solo con eso le dí de entender tantas cosas que creo que tardó días en asimilarlas.

-¡Lo llevas claro si crees que te voy a decir dónde está ella zorra de mierda! -Salta Michael furiosamente.

Veo cómo se me acerca y cómo me empuja el hombro con algo de violencia.

Lo cierto es que siento miedo, estoy aterrada porque delante de mí tengo a un tipo que me odia, un tipo que me saca una cabeza y media, un tipo al cual le he arrebatado a su mujer y de qué manera, siento miedo a qué me pegue, a qué me lastime me sobreviene qué va hacerlo pero inesperadamente Dorian reacciona y se interpone entre nosotros dos.

-¡No la toques Michael! Te juro que si tocas a mi mujer te parto la cara! -Le amenaza contundente.

No me lo esperaba, no me esperaba que después de humillarlo él me defendiera y en silencio me quedo callada mirando la increible escena.

-¿Tú mujer Dorian? ¿Es que no te ha quedado claro? ¡Nos han jodido vivos! ¡Se han reído de nosotros a nuestras espaldas! ¡Han estado juntas durante semanas!

Pero Dorian no le escucha.

-Escuchame Michael como le toques un pelo a Lara te parto las piernas...¡Así que sal de aquí! ¡Sal por tu propio pié de mí casa y no me obligues a qué yo lo haga!

Los dos están de frente, se percibe en el ambiente una tensión fuera de lo normal, mucha agresividad y por un momento me invade el temor que se líen a hostias en mitad del comedor, pero Michael toma aire, respira, supongo que analiza la situación e intenta calmarse.

Michael es más alto sí, pero Dorian está más en forma y eso al final Langdom lo valora.

-No vale la pena Dorian..no vale la pena que la defiendas...no seas idiota, no pierdas el tiempo con ella...-Le dice en referencia a mí y sin decir nada más toma la puerta y se va.

Tras cerrar la puerta de un gran portazo se produce un incómodo silencio en nuestra casa.

Dorian no me mira, está girado con la vista hacia la puerta, pasan unos eternos segundos para mí, sé que tengo que decir algo, sé que tengo que agradecerle que me haya defendido, creo que Michael estaba tan fuera de sí que de verdad me hubiera golpeado.

-Gra...gracias Dorian -Balbuceo con cuidado.

El se gira y me mira, pero no es mí Dorian de siempre, lo noto transformado.

-Guárdate las gracias Lara...! Métetelas por donde te quepan! -Me recrimina asqueado.

-¡Dorian por favor lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! -Me disculpo porque sé que está herido porqué sé que lo he jodido.
Tengo la voz rota, estoy pasando el peor momento de mí vida, se los juro.

-¿Por qué Lara? Yo solo quiero saber ¿Por qué? ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué joder?

-¿Qué estaba con una mujer? ¿Cómo? ¿Cómo iba a decirte algo así? -Le rebato en alto.

Guardaré mi libertad - Wilhemina VenableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora