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"Entonces... ¡¡Ten una cita conmigo!!"
Kurenai T/N no se movió ni un centímetro de su silla mientras sus ojos se dirigían hacia la chica que sonreía para sus adentros.
'¿Una cita? ¿Con alguien como yo? Debe estar bromeando... Sin embargo, nunca está mal reconfirmar las cosas...
"¿Disculpa? ¿Una cita?"
"¡¡Sí!!! ¿Aceptarías esta petición mía?"
Los ojos de Matsushita brillaban de emoción mientras mostraba una sonrisa de esperanza en su rostro, lo que provocó que T/N soltara un pequeño suspiro antes de mirarla.
'O no.'
"Sabes que no albergo ningún sentimiento por ti, ¿verdad? ¿Y aun así quieres que tenga una cita contigo?"
"Sí, a mí tampoco me importa. No albergo ese sentimiento en serio, solo quiero pasar el rato contigo a solas, sin distracciones.
Además, ¿quién dice que no albergarás ningún sentimiento por mí? ¡Después de nuestra cita, podemos enamorarnos el uno del otro y luego casarnos y vivir felices el resto de nuestras vidas ¡¡¡¡¡¡¡¡"
La líder de la Clase-D no pudo decir una palabra cuando Matsushita comenzó a chillar para sí misma, perdida en sus fantasías.
Los otros estudiantes presentes en la cafetería de la escuela le dieron al dúo algunas miradas extrañas antes de regresar a lo que estaban haciendo.
'Qué chica más rara.'
Para detenerla de sus fantasías más salvajes, T/N le dio un suave golpe en la cabeza una vez más, lo que la hizo despertar a la realidad.
La chica en cuestión una vez más se agarró la cabeza con dolor mientras enviaba una mirada al chico de cabello negro, quien parecía demasiado despreocupado con la mirada molesta que su compañero le lanzaba.
"¡¡Deja de golpear me, Kurenai-kun!! ¡¡Duele!!"
"Entonces comienza a actuar como una chica normal. Parece que tomaste demasiado LSD y ahora chillas como un cerdo salvaje en todas partes".
Matsushita infló sus mejillas con ira por la analogía, antes de volver al tema.
"Entonces... ¿Cuál es la respuesta? ¿Quieres tener una cita conmigo?"
"Matsushita, no me importa tener una cita contigo-"
Inmediatamente, la chica de cabello castaño dejó escapar una gran sonrisa y casi saltó de su silla, sin dejar que el chico de cabello negro terminara su oración.
"Yippee!!!"
"Mientras pagues por la comida".
'No tan yippee ahora, ¿verdad?'
Toda su alegría se desvaneció de inmediato cuando envió a su compañero conocido una mirada llena de horror. Ella inmediatamente apuntó sus dedos hacia él de una manera acusatoria.
