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Mientras T/N estaba de pie frente al ascensor, esperando que llegara al piso en el que residía, su mente divagó hacia el incidente de la noche anterior.
'Dije que quiero que Kushida siga todas mis órdenes, pero para ser honesto, no encuentro mucho uso para ella... Para ayudarme a controlar la clase, tengo a Horikita a mi lado y puedo usar a Satou y Matsushita y mejorarlas aún más para que sean figuras centrales entre las mujeres de la Clase-D... Entonces, en cierto sentido, Kushida es un poco inútil. Bueno, al menos puedo mantenerla a raya y obtener información sobre otras clases, ya que ella es la única criatura de nuestra clase que, por alguna razón, realmente quiere ser amiga de todos...
'Lo que me lleva a mi siguiente pensamiento... ¿Por qué?'
'Cuando fui testigo de su verdadero yo, comprendí que, al igual que todos los seres humanos, a Kushida tampoco le gusta salir con personas las 24 horas del día, los 7 días de la semana y guarda rencor... Entonces, ¿por qué quiere ser amiga de todos? Eso es un poco hipócrita incluso viniendo de un monstruo de contradicción como yo'.
La puerta del ascensor se abrió cuando T/N fue testigo de una especie de vista sorprendente pero extraña frente a él.
Allí estaban Horikita y Kushida... Mientras que, por un lado, Kushida continuamente bombardeaba a su compañera con muchas conversaciones triviales con una gran sonrisa en su rostro, Horikita hacía una mueca mientras apretaba los puños con fuerza por la frustración.
Tan pronto como sus ojos se encontraron con los de T/N, toda su frustración se desvaneció de inmediato mientras asentía con una pequeña sonrisa en su rostro.
"Buenos días Kurenai-kun".
Kushida, detrás de ella, inmediatamente se puso rígida antes de recomponerse mientras lo saludaba con una sonrisa en su rostro.
"Buenos días Kurenai-kun".
Ignorando por completo a la chica de cabello beige, T/N entró al elevador y se paró entre Kushida y Horikita, inmediatamente formando un puente entre ellos, mientras Horikita soltaba un suspiro de alivio.
"Buenos días, Horikita".
Decidiendo pasar el tiempo restante en el elevador en un cómodo silencio, Horikita sacó una pequeña novela y comenzó a leer.
mientras T/N le echaba un vistazo, tratando de descifrar la trama.
Pero, por desgracia, el destino fue cruel con él cuando se olvidó de la peste que estaba detrás de él.
Kushida empujó su espalda con un puchero falso en su rostro, tratando de actuar de manera linda.
"No me saludaste, Kurenai-kun".
"No quiero desperdiciar demasiada energía hablando contigo. Una palabra y empiezas a balbucear cosas sin sentido. Lo siento, Esclavo 1, pero me gusta mi paz momentánea".
