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La claridad los invandio avisando que la mañana ya habia dado inicio, no era tan temprano pero tampoco tan tarde, se habia despertado a tiempo para poder preparar el desayuno a los menores, quienes aun no habian despertado, cosa que agradecía en especial por cierto pequeño de cabellos grisaceos que se hayaba imperturbable.

Mientras prepara los alimentos se replanteo la idea de comprar un nuevo futon para el menor, despues de todo el hecho de que haya estado tanto en casa es porque el trabajo no habia sido pesado en esos dias, razon por la que su habitacion habia sido ocupada, pero no esperaba seguir contando con la suerte de pasar mas tiempo con los menores, a lo mejor no era necesario, presentia que esta noche volveria a su rutina de siempre y los pequeños serian cuidados por el dueño del restaurante una vez mas.

Despues de un tiempo el ruido de la habitación logro formar una sonrisa en su fisionomía, aquella bulla solo podia significar que los niños habian despertado y esperaba que con eso, Atsushi.

Los menores aparecieron frente a el y en unisono con un euforico saludo empezaron su día, tomaron asiento en el comedor en espera de su ansiado desayuno.
Minutos después la única puerta que faltaba ser abierta chilló, y un plato más fue agregado a la mesa en espera de ser comido.

–Buenos días Atsushi-kun —lo saludo, Odasaku, siendo seguido por el resto de pequeños entusiastas que decoraban con moderación su comida—. Tu desayuno ya está listo, ve a lavarte el rostro para que te sientes a comer.

Se encontraba aún somnoliento, por lo que apenas y había contestado al saludo inicial, obedeciendo fue y mojo su rostro para después regresar mucho más despierto. Tomó asiento al lado de Sakura, quien lo observo unos segundos satisfecha con tenerlo a su lado y mirando burlona al resto de niños frente a ella, que la veian con recelo.

Sakunosuke al notar esta guerra de miradas entre los menores sonrió para si, complacido al percatarse que Atsushi fue aceptado rápidamente, aún si este no lo notaba, pues comía en silencio, concentrado en terminar su desayuno.

El comedor estaba totalmente tranquilo, exceptuando el ruido de los menores jugando en la habitación. Odasaku se encontraba lavando los platos asegurándose de no dejar ni un solo traste sucio —y aprovechando para hacer la limpieza que ya casi terminaba—. No fue hasta minutos después que sintió la presencia de alguien detrás suyo, al fijarse se encontró con un Atsushi que tenía su cabello amarrado en dos colitas y con maquillaje en sus párpados, río levemente al observar la forma en la que este lucia sabiendo que de seguro la pequeña Sakura lo había tomado desprevenido.

–Nadie me advirtió que si aceptaba jugar con ella sería sería conejillo de indias —avergonzado, se excuso sintiendo la necesidad de responderle al mayor a pesar de que este no había hablado al respecto—, y después de eso dijo que jugaramos a combatir a un dragón, que ella sería el dragón y yo la princesa con el que se enfrentaría —continuaba con su narración siendo escuchado atentamente por el hombre que permanecía limpiando el lugar—, entonces Kōsuke-kun le dijo que el quería ser el dragón, ella sería la princesa y yo el príncipe que la salve, Sakura-chan se enojo y dijo que ella no necesitaba ningún príncipe porque podía defenderse sola, entonces el resto se interpuso y termine siendo la yo a quien debían rescatar, Yū-kun junto a Shinji fueron ambos los dragones y el resto debían de salvarme de ellos —finalizó de contar la aventura que había tenido con un renovador y vivaz brillo en sus ojos, demostrando que en efecto se había divertido.—.

–¿Y te lograron rescatar? —pregunto, interesado en los giros que había tenido la aventura de los menores—.

Atsushi nego con su cabeza manteniendo una sonrisa en su sereno rostro.

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