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Antes de que la tragedia ocurriera, Dazai habia llegado a la cede de la Port-mafia en busca de ayuda tal y como se lo habia comentado al Nakajima, esperaba que Mori entendiera y le brindara apoyo, pero como ya lo suponia, este se nego.

–Bueno, es un miembro menos ciertamente, pero no nos hara falta, un mafioso que no mata, ¿no crees que es un desperdicio de potencial, tiempo y dinero? —tan egocentrico y malevolo le sonreia con superioridad—.

El castaño deseaba borrarle aquella sonrisa de su arrugado rostro, pero el tiempo se le estaba agotando y las opciones eran escasas, si no es por decir nulas.
Sin mas remedio se retiro del lugar en busca del albino experimentando la decepción como nunca antes.

Realmente no deseaba llevarlo y exponerlo a tal ambiente, mas sabia que de alguna manera u otra, este encontraría una forma de llegar con o sin su ayuda.
Era una de las razones por las que detestaba tanto al Nakajima, su terquedad varias veces los habia puesto en peligro tanto a el mismo como a Sakunosuke, quien no podia imaginarse tan siquiera la idea de ver al albino herido.

–Regresaste —sorpresivamente, el menor lo estaba esperando en el restaurante, luciendo mucho mejor que horas atras—.

–Me sorprende que puedas moverte.

–Y a mi que realmente vinieras por mi.

–Si venia o no, eso no iba a detenerte.

–Ciertamente —sonrio calmado, ocultando debilmente la inquietud que invandia su ser—, ¿nos vamos?

–Si...—le dirigio un ultimo vistazo al menor para despues ir hacia el sitio en donde se encontraba el mayor—.

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Perplejos y sin saber que mas hacer, ambos reflejaban su dolor de diferente manera, mientras la vida de su gran amigo se escurria entre sus manos.
Atsushi acariciaba los cabellos pelirojos de Odasaku, mientras que la cabeza del mencionado reposaba en sus piernas.

A pesar de que el albino estaba por decir algo, Dazai aprovecho y en un momento de posible panico lo empujó para sostener el mismo el cuerpo de su amigo.

–Odasaku por favor, no te vayas, no me dejes —sus ojos pese a no soltar lagrimas reflejaban la angustia y dolor que experimentaba—, que hare sin ti a mi lado..

El hombre sonrio, dirigiendole una mirada de reojo al albino joven que los observaba ahora un poco mas alejado.

–Ve al lado de los que protegen, se que el bien ni el mal significan algo para ti, pero al menos alli podras sentirte un poco mas libre, salva vidas, protege a los huerfanos y por sobre todo...cuida de Atsushi, solo se tienen el uno al otro—se interumpio a si mismo por la tos que se produjo debido a la sangre que empezaba a ahogarlo—, protegelo...

Osamu no tenia idea del como reaccionar ante tal pedido, sus orbes poco a poco se fueron llenando de lagrimas y su vista se nublaba, el hombre que tanto amaba estaba partiendo, lo estaba dejando solo.

–¿Como estas tan seguro?—refuto, negandose a que este se apartara de su lado—.

Sakunosuke volvio a sonreir, se levanto un poco y acaricio el rostro humedo del contrario a modo de consuelo y sin que este lo supiera, también a modo de despedida.

–Como no saberlo...soy tu amigo—su mano arranco la venda que cubría el ojo del mafioso y con sus ultimas fuerzas elevo la voz para despedirse del albino— Atsushi, lucha y nunca olvides que eres mucho mas fuerte y valiente de lo que crees. Cuida de Dazai, es terco pero no es una mala persona..

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