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—  Perfecto, entonces eso es todo por hoy.

Jungkook dio por terminada la junta tan pronto como le fue posible, estaba ansioso por volver a casa, donde había dejado a Jimin aún durmiendo, con una nota a su lado indicando que iría al trabajo y escribiendo su número de celular por si lo necesitaba. Era ya mediodía, suponía que el rubio ya debería estar despierto, así que pescó su celular de su bolsillo para ponerse en contacto con él.

—Jungkook —una mano sobre su hombro le hizo sobresaltar, sin embargo su cerebro reconoció la voz.

—¿A dónde vas con tanta prisa?

La burlona voz de Namjoon acompañó el saludo de Seokjin. Parecía que esos dos habían nacido pegados, a cualquier lado que estuviera uno, iría el otro. 

—Tengo cosas que hacer —se limitó a responder.

—Vamos Jungkook, no lo habrás olvidado, ¿Verdad?

Sus ojos se cerraron con fuerza, recordando que había quedado con ellos para ir a tomar la comida juntos y relajarse un rato. Él era un hombre de palabra, no iba a fallarle a sus mejores amigos.

—Lo olvidé —Namjoon suspiró y miró a Jungkook con ojos entrecerrados.

—¿Dónde está tu cabeza éstos días, Jungkook?

Bueno, se encontraba viajando entre un par de ojos brillantes y unos muslos lechosos abiertos para él. Por supuesto, sólo se limitó a sonreír y negar, indicando el camino para el restaurante.

No les tomó mucho tiempo decidir qué ordenar. Mientras les traían su comida Seokjin y Namjoon le platicaban acerca de los preparativos de su boda.

—Por supuesto que les dije que no, Seokjin conoce bien a ese lado de mi familia, jamás me lo perdonarían ¿Te imaginas?

Jungkook rió, incapaz de poder hacer un comentario al respecto, sólo había estado escuchando a medias la charla de Namjoon, su mente volaba hacia Jimin, pensando en qué estaría haciendo en esos momentos, ¿Estaría husmeando alrededor de su casa? La imagen le hizo sonreír, sería adorable que Jimin se interesara en su entorno.

Seokjin interrumpió a Namjoon con un carraspeo y todos lo miraron—Basta de nosotros, ya suéltalo Jungkook.

El aludido suspiró, era obvio que Seokjin no iba a pasar por alto su actitud, ambos hombres eran muy preceptivos.

—No es nada—musitó, buscando las palabras para iniciar a hablar de Jimin, justo cuando su teléfono celular sonó dentro de su saco.

Miró la pantalla, sorprendido al ver que el número de su casa. Levantó una mano hacia sus amigos, en señal de espera, y contestó.

—¿Jimin?

—Hola Jungkook —hubo un pequeño silencio del otro lado de la línea.

—¿Sucede algo? ¿Estás bien?

Lo escuchó aclararse la garganta antes de hablar — Estaba por preparar la comida, pero entonces no supe si normalmente comes fuera o vienes aquí ¿Debería preparar para ambos?

Podía sentir la vergüenza en el tono de voz de Jimin, incluso podía imaginar sus mejillas calientes y rojas ahora mismo. Era una dulzura. Sonrió ampliamente, a pesar de que Jimin no pudiera verlo.

—Lo siento, cielo, ahora mismo estoy comiendo con unos amigos, pero prometo estar temprano para la cena.

—Oh, está bien, que tengas un buen día, nos vemos más tarde.

—Nos vemos más tarde, si necesitas algo márcame.

Jimin afirmó y colgó, dejando a Jungkook con una sonrisa estúpida en el rostro mientras miraba la pantalla del celular. Demonios, era totalmente nuevo para él que le preguntaran si llegaría a casa para comer. Por una mierda que volvía a saltarse una comida con su Jimin.

Propuesta Laboral ♥︎ KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora