04•

9.3K 1.2K 264
                                    

Jimin sujetaba con fuerza las manos de DongMin, temeroso tras las palabras que acababa de pronunciar su marido.

—  No, DongMin, no quiero hacerlo, podemos encontrar otro benefactor, estoy seguro.

— No Jimin, Jungkook tienen razón, nadie está dispuesto a invertir en una empresa que prácticamente ya no existe.

El corazón de Jimin latía con fuerza y velocidad en su pecho, no podía creer lo que su esposo le estaba pidiendo.

—Vas a estar bien, Jimin, sólo será una noche, y es un tipo bastante apuesto ¿No te lo parece?

Jimin negó nuevamente, soltando las manos de DongMin para limpiarse las lágrimas que rodaban por sus mejillas.

— No puedo creer que me estés pidiendo acostarme con otro hombre, ¿Es que no te importa que alguien más me bese y me toque?

El corazón de DongMin también latía inquieto, carajo, por supuesto que no le gustaba la idea, incluso la detestaba y aborrecía, pero estaba desesperado por conseguir el maldito contrato.

—Por supuesto que lo odio, la sola idea de alguien más tocándote me enferma, pero sabes en la situación que estoy, Jimin, toda nuestra vida depende de esto. Y sólo será una noche, no lo volverás a ver jamás, ni siquiera yo lo veré, no necesitamos que ponga un sólo pie en la empresa luego de firmar el contrato. Podremos hacerlo, podemos pasar por esa noche y superarla, fingir que nunca pasó y seguir con nuestra vida, con nuestro matrimonio.

Jimin sentía que su corazón se rompía, su propio esposo le pedía que se acostara con otro hombre a cambio de dinero y una firma. Tragó saliva y se limpió las últimas lágrimas, si DongMin así lo quería, entonces lo haría, por él y por ese futuro del que tanto DongMin hablaba. 

Sólo sería una noche y luego lo olvidaría, seguirían adelante y no se volvería a topar con Jeon Jungkook nunca más. Era sólo sexo, un mero acto carnal, seguramente ni siquiera lo disfrutaría, así que estaba bien.

Jeon Jungkook regresó en la habitación momentos después. Se trasladaron a la mesa con ocho lugares al otro lado de la oficina e intercambiaron contratos.

DongMin sostuvo la pluma sobre el papel durante unos segundos antes de encarar al pelinegro.

— Solamente será una noche, Jeon Jungkook, después de eso quiero que desaparezcas de nuestras vidas.

El pelinegro asintió, mirando a DongMin antes de que éste firmara rápidamente y le pasara el papel y la pluma a Jimin. Ahora era su turno, miró la línea sobre la que debía firmar antes de garabatear rápidamente, sin darse tiempo de pensarlo una vez más.

Jungkook sonrió, firmando ahora el contrato para la empresa en la que trabajaba DongMin. Los tres se pusieron de pie y el pelinegro los acompañó a las puertas de su oficina.

— Ha sido un placer hacer negocios con usted, señor Lee. Me pondré en contacto muy pronto con su esposo para acordar la fecha y el lugar. Hasta entonces, Jimin.

La mirada en los ojos de Jungkook removió algo en su interior que le hizo sentirse inquieto y anticiparse a la noche que le había prometido a Jeon Jungkook. No tenía idea de que sólo una noche bastaba para cambiar su vida por completo.

Parecía que la ansiedad había pasado a formar parte de su vida diaria en éstas últimas semanas. Jimin vivía bajo la agonía de no saber cuando se le iba a ocurrir a Jeon Jungkook pedirle esa noche que habían acordado.

Apenas habían pasado tres días desde que habían firmado el contrato, sin embargo no habían recibido señal alguna de Jungkook. Desde el momento en que cruzaron las puertas de su oficina, DongMin no volvió a hablar de ello, aunque Jimin podía sentirlo, el ambiente alrededor de ellos no era como antes, su esposo se esforzaba bastante por lucir calmado y desinteresado, pero por las noches lo sostenía con fuerza entre sus brazos y pecho, como si temiera que desapareciera en cualquier momento y aferrándose de ese modo podría evitar perderlo.

Propuesta Laboral ♥︎ KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora