✔ « Capítulo Uno. Tregua de los Velaryon-Targaryen. »

998 75 5
                                    


Su respiración se vuelve pesada, su cuerpo tiembla y no puede quejarse del dolor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Su respiración se vuelve pesada, su cuerpo tiembla y no puede quejarse del dolor. Eso está prohibido, aunque desde hace ya mucho había dejado de doler, los golpes se hicieron más y más frecuentes después de su primer celo, se había presentado como un omega. Una deshonra. Una piedra frente a las aspiraciones de Otto Hightower.

¿Qué es lo que se hace normalmente cuando hay una piedra en el camino?

Uno la patea, lo más lejos que pueda.

Eso es lo que Otto quería hacer tanto, desde hace años.

Sin embargo, y aunque tenía a su hija en la palma de su mano, no podía deshacerse de su nieto, Viserys Targaryen seguía vivo, Rhaenyra Targaryen seguía allí, como posible heredera al trono.

Una omega.

Incluso una omega mujer sentada en el trono era mucho mejor que un omega hombre.

« Estas bestias, tenían que arruinarlo todo » pensaba Otto.

Dejó allí a su nieto, con las muñecas atadas y arrodillado en el suelo. Los azotes habían ido sobre su espalda. Una fiel doncella de Otto desató al príncipe una vez que La Mano del Rey se cansó de castigar a su nieto.

Rhaenyra, Daemon Targaryen y sus bastardos llegaron esa misma noche a una cena. Tal vez la última antes de que Viserys decidiera que coronaran a su hija omega, como su último acto de voluntad. Todo un buen padre.

-Déjeme -Aegon impidió que la mujer siguiera manipulando su cuerpo.

-Príncipe

-Si me consideraras como tal o me tuvieras el mínimo respeto, no estarías detrás de él, obedeciendo como una ¡perra! -gruño el omega.

Perdiendo el control y abofeteando a la doncella.

Apenas y pudo levantarse del suelo, sus piernas seguían temblando y el roce de su ropa contra su piel comenzaba a arder.

Fue hasta el cuarto de baño, allí había una tina grande con distintos aceites. Apenas llegó hasta ella, Otto estaba aún más furioso que de costumbre, por alguna razón desconocida.

No lo había golpeado solo en la espalda esta vez. También en las piernas.

Se quitó la ropa apenas, gruñendo y maldiciendo cuando debía estirar hacia arriba o abajo sus brazos. Su piel se estiraba en los lugares correctos provocando el tan conocido ardor.

« Agradece que no haya usado el cuchillo esta vez » se dijo a sí mismo mirando el techo mientras retenía las lágrimas, parpadeando y limpiando el costado de sus ojos.

-Bien, hagamos esto -murmuró.

No hacía falta ducharse, de hecho lo había hecho unos minutos antes de que Otto entrara por un pasadizo. Tomó un paño y lo humedeció en el cuenco de agua que estaba allí, como sus piernas habían sido las más expuestas, la piel había sido rota y rasgada, su sangre y las marcas rojas y púrpuras adornaban sus extensiones.

3. De Sangre Targaryen. (Jacegon/Lucemond/Pareja Original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora