« Capítulo Siete. Se mueven » ✔

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Advertencia: Hola, este tendrá un ligero crossover con Vikings, con respecto a los nombres de las ciudades, pero nada más con eso

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Advertencia: Hola, este tendrá un ligero crossover con Vikings, con respecto a los nombres de las ciudades, pero nada más con eso.

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—MONEY RUN LOW—


Enseñarles a defenderse era más complicado estando embarazado, era todo un reto, era tal vez lo peor que le pudiera haber sucedido, no era un desastre, pero no tenía fuerzas suficientes para tomar otro camino.

Los días pasan, las personas crecen, así como su vientre, encuentran en saquear y robar una salida, pero ir a tomar un par de semillas y telas de Invernalia no es suficiente, necesitan más, animales, ropa, comida, más tela y semillas.

Aegon consigue reparar un barco, lastimosamente hacía demasiado frío como para salir del puerto, decidió enviar a Anica en su lugar, ella sería una buena líder, la entreno bien para ese momento. No sabía lo suficiente sobre defensa cuerpo a cuerpo aún, pero si lo suficiente, ella se protegería a sí misma y a los demás, así que estaban bien, por ahora.

En su lugar se quedó con Arlys a cuidar de los demás, habitaban junto a los cachorros la casona en la que los había encontrado, era fuerte y los cachorros se sentían seguros con él allí. Algunos tenían pesadillas y gritaban por las noches, pero poco a poco estaban superándolo.

Al menos el lugar era cálido.

A veces soñaba con Jace, a veces pensaba en tomar su dragón e ir en su búsqueda, pero no podía dejar de estar muerto, no había noticias de Otto y sus cachorros aún no nacían, así que mostrarse era un peligro, para él y todos los que dependen de él.

—Aegon —observo a la alfa quien estaba acostada a su lado —Se mueve —dirigió su mirada a su vientre y sonrió.

—Sí —apoyo las manos sobre su vientre y paso con suavidad sus manos, miro a Arlys quien tenía la cabeza ladeada en su dirección —Empezaron ayer

—¿Empezaron?

—Si, tal parece que son dos —elevo las cejas —¿Por qué otra razón estaría tan gordo? —la pequeña alfa soltó una risa.

—No estás tan gordo

Arlys sonríe hacia él observando esperanzada el vientre del omega, desea conocerlos si se da el caso de venir en combo, cuidar de ellos, y jugar.

—Dame tu mano —ella observó sorprendida al omega antes de negar —Está bien Arlys, y no dejes de hablar —frunció el ceño ligeramente y levanto la mano, insegura.

Aegon la toma con una ligera sonrisa y deposita la palma sobre su vientre, donde recibe un golpe de inmediato, y aunque genera una pequeña molesta, el aroma de Arlys cambia completamente y deja salir un dulce aroma a amapolas, así que la incomodidad deja de importar, pocas veces ha visto sonreír a esa alfa.

3. De Sangre Targaryen. (Jacegon/Lucemond/Pareja Original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora