✔ « Capítulo Seis. La Isla Sin Nombre. »

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Jacaerys se sentía vacío, caminaba por los pasillos del castillo con los ojos opacos y la mente en blanco, no podía sentir a su alfa, estaba ausente desde el momento en el que había visto el cuerpo debajo del roble

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Jacaerys se sentía vacío, caminaba por los pasillos del castillo con los ojos opacos y la mente en blanco, no podía sentir a su alfa, estaba ausente desde el momento en el que había visto el cuerpo debajo del roble. Solo le quedaba la conexión con su dragón, se había roto en los brazos de Rhaenys, gruñendo y sollozando por el omega que no pudo cortejar y por todo el dolor que Aegon tuvo que sufrir a mano de su propio abuelo.

Lucerys había estado más sensible que en cualquier otro momento, si bien su madre era una omega, sus cuerpos eran diferentes, su cabello tenía un tono diferente y todos sabían que no era un cachorro biológico de Ser Laenor Velaryon, igual si fue reclamado por el y la Casa Velaryon, si bien nadie más lo decía en voz alta, él lo sabía, y los pensamientos autodestructivos fueron creciendo tras la muerte de Aegon.

Aemond luchaba contra su propio instinto, el alfa quería proteger, cuidar y sostener al omega, y su yo humano quería el ojo de su sobrino, pero había hecho promesas, le dieron una oportunidad, así que tomo a su dragón y empezó una expedición y busco a Otto Hightower. Esperaba ver su cabeza rodar, y esperaba que eso fuera suficiente para vengar su ojo.

Helaena hizo lo que debía hacer, presto atención a cada movimiento de la familia, fue amable y ella tuvo su propio duelo, silenciosa, cansada. Sus visiones debían permanecer fuera del juego por un tiempo. Ella tenía un secreto y aunque le dolía verlos pasar por ese dolor, ella estaría allí para cuidarlos. En esta nueva etapa, ella sería una Targaryen.

Daeron se mantuvo completamente neutral, por supuesto que vivió un duelo, pero se mantuvo lejos del Desembarco del Rey, ese no era un hogar, a él lo habían desplazado, lo mandaron tan lejos como pudieron y decidió que aún no era momento de regresar.

Los nuevos reyes decidieron que las cosas cambiarían drásticamente para todos.

La primera unión se dio dos lunas llenas después de la muerte de Aegon.

Como el omega le había pedido, Jacaerys desposo a su prima, Helaena. Él la protegería, él la amaría como amaba a su madre, ellos también tendrían un secreto, no consumaron su matrimonio, simplemente hicieron un corte pequeño en la piel del otro, dejaron la sangre caer sobre las sabanas y nadie los cuestiono.

 Él la protegería, él la amaría como amaba a su madre, ellos también tendrían un secreto, no consumaron su matrimonio, simplemente hicieron un corte pequeño en la piel del otro, dejaron la sangre caer sobre las sabanas y nadie los cuestiono

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3. De Sangre Targaryen. (Jacegon/Lucemond/Pareja Original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora