3. De Sangre Targaryen. (Jacegon/Lucemond/Pareja Original)

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—I FOUND—

Con el paso de sus nuevos días de reinado se acercó más a sus hermanos, a todos ellos, envió un mensajero a Daeron quien expreso su lealtad llegando en su dragón Tessarion, presento a un omega como su pareja, expreso que lo tomaría como esposo y que lo haría si ella lo aceptaba, ella no le negó esa felicidad. Helaena estaba unida en matrimonio a Jace ahora, así que la mantenía cerca todo el tiempo, su hijo había expresado su deseo por protegerla desde que había leído la carta de su hermano fallecido.

Las cosas están tensas por la repentina fiebre y dolor que Jacaerys presentado, era demasiado raro, aún más cuando cayó dormido, ya habían pasado dos noches, y no había señales del alfa además de su pecho elevarse cuando respiraba. Era lo único que les aseguraba que seguía con vida. Así como los murmullos en alto valyrio, llamando a Aegon.

Tiene a todos preocupados, por lo menos, ya no tenía fiebre, pero no despertaba, era como si algo drenara por completo su energía y eso lo mantenía dormido.

Lucerys es uno de los más afectados, Aemond desea tanto acercarse, pero no ha encontrado oportunidad, así que pasa sus días entrenando, sintiendo que algo le falta y que lo tiene tan cerca, pero gruñe cada vez que esa voz en su cabeza le dice; no lo tendrá jamás.

Rhaenyra sabe que algo atormenta a su hermano menor, imagina que es la cabeza de Otto Hightower, prometió que lo encontraría y ella prometió darle la oportunidad de arrancarle la cabeza, sin embargo, aún no lo había encontrado, no tenía dudas de que lo haría, pero aún no lo lograba.

Estaba preocupada por su propio hijo como para hablar con su hermano, además, nada le aseguraba que Aemond hablaría con ella sobre lo que ocurría en su cabeza.

Ella no sabía que su hermano anhelaba la calidez que pocas veces sintió al tomar las manos de Lucerys y Aemond guía a sus expediciones sabiendo que no lo tendría.

Ahora todos están preocupados por Jacaerys, esa extraña fiebre que lo ataco tan de improvisto, era tan extraño, incluso preocupo a Aemond, es decir, ya habían perdido a Aegon, no podían perder a nadie más.

Aemond tampoco iba a dejar que Lucerys perdiera a alguien más, mientras la servidumbre se encargaba de Jacaerys, él había aprovechado para vigilar más de cerca al omega que si bien no había quedado desprotegido, no "daba problemas", por lo que todos se enfocaron en el alfa inconsciente.

Al llegar de su último viaje pregunta por su sobrino Jace, y la respuesta lo tranquiliza un poco; sigue en cama, pero despierta más seguido, habla con su madre y luego vuelve a dormir. Pregunta por Lucerys y la única respuesta que le dan es que; deambula por el castillo como si fuera un fantasma que todos son capaces de ver.

Esa respuesta no le gusta, así que decide buscarlo.

Finalmente, lo encuentra en el lugar donde habían encontrado a Aegon, está de pie frente al pequeño roble que crece fuerte, lo observa como si temiese que desapareciera de un segundo al otro, ni siquiera sintió al alfa llegar, no hasta que lo llamaron.