✔ « Capítulo Dos. Las cosas cambian. »

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Las cosas en casa cambiaron de un día para el otro, Otto comenzó a ser más y más cuidadoso, si lo golpeaba lo amordazaría y haría pequeños cortes

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Las cosas en casa cambiaron de un día para el otro, Otto comenzó a ser más y más cuidadoso, si lo golpeaba lo amordazaría y haría pequeños cortes.

Usó un cuchillo para darle marcas nuevas y quemaduras en la espalda. Uso ese látigo trenzado en plata y tela, para golpear sus piernas.

Lloro días y se escondió de todas las miradas, curando sus heridas y cuando estaban tan por debajo de su alcance, permitió que la doncella que tenía Otto a su cargo lo cuidara.

—¿Por qué lo haces? —preguntó un día —¿Por qué eres tan fiel a Otto si le hace esto a un príncipe? Alguien por encima de él

—Intentó sobrevivir —fue su única respuesta.

Pocas veces la había escuchado hablar, no tenía aroma, era una beta, no se quejaba y tampoco tenía un nombre.

Fue la primera vez que Aegon la vio como otra víctima de Otto, entonces supo que no era leal a él, tenía miedo de lo que él pudiera hacerle.

En las siguientes ocasiones, no se quejó después de que ella lo limpiara.

Mientras tanto la visita de la familia Velaryon se hicieron más seguidas, Corlys, Rhaenys, Rhaenyra, Daemon y sus hijas estuvieron presentes en el castillo, todos sabían que el rey Viserys Targaryen moriría en cualquier momento.

Aegon se sentó al lado de Lucerys ese día en el almuerzo, Aemond y Helaena estaban frente a ellos, Jacaerys a la derecha de su hermana.

Tomó la copa de vino y bebió, su aroma natural era a vino y flores silvestres, un aroma atrayente y embriagador, tanto como la bebida en su mano, pero también podía ser dulce.

No había dejado que nadie sintiera su aroma antes, nunca estaba lo suficientemente alegre para que pudiera sentirse, solamente era agrio.

Una invitación a la playa pasó por debajo de su puerta esa noche, no supo en realidad cómo habían logrado que ocurriera, pero salió de su habitación por unos túneles secretos, y fue al encuentro de sus sobrinos.

Encendieron una pequeña fogata para calentarse, nadie debía encontrarlos.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Jace al ver silencioso a Aegon, Luke estaba a unos pasos, con un libro en la mano, leyendo.

—¿Por qué no lo estaría?

—No te veías muy bien en la cena —trago saliva, Otto lo había golpeado después del almuerzo, fue una de esas veces en las que lo quemó con un cuchillo.

Si fue raro en la cena fue por el ardor de las quemaduras, estaba incómodo. Pero no era lo único que estaba por ocurrir.

Miró a Lucerys y le guiñó el ojo, este frunció el ceño antes de comprender cuando su tío ladeó levemente la cabeza hacia él, mostrando su cuello al omega.

3. De Sangre Targaryen. (Jacegon/Lucemond/Pareja Original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora