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Día siete: 07/11/2020.

Duda existencial: ¿Qué les pasa a los adolescentes?

Hasta entonces pensaba que la mañana más rara que había tenido en mi vida, había sido la de la navidad del 2009, cuando Sirius en su forma animaga (un gran perro negro) disfrazado de reno y Remus vestido de un muy delgado Santa Claus, aparecieron por la chimenea de nuestra casa con obsequios y un muy horroroso bebé pelirrojo de cara redonda y aplastada en brazos: Mi hermana.

Ese día, además de comprender que ya no iba a ser el centro de atención, di por sentado que Santa, la fábrica de regalos y sus mágicos renos voladores, no existían.

Si mi padre hubiese sido el reno, habría sido más creíble.

Pero ahora, esta mañana después del partido, estaba ganándose el puesto de la más extraña de mi vida. Hermione se ausentó a todas sus clases, Ginny evitaba encontrarse conmigo en los pasillos y la razón de todos mis problemas estaba de pie frente a mi: Ron, que parecía competir consigo mismo para hablar, atropellando sus propias palabras con más palabras.

—...entonces ella besa a un chico y nadie dice nada, pero yo beso a una chica y estamos en medio de una guerra de escala mundial —refunfuñaba el pelirrojo—. La verdad, hermano, la hipocresía es total.

—¿Dijiste escala mundial e hipocresía en la misma frase? ¿Sabes lo que significan esas palabras?

—¡Harry! ¡Estoy hablando en serio!

—Y yo también —susurro, harto—. Escucha, Ron, ya no sé que ocurre contigo y Hermione, pero si tanto te molestó el enterarte que ella besó a Viktor Krum hace dos años, ve y háblalo con ella, pero no te estés besuqueando con Lavender Brown frente a ella para demostrar... lo que sea que quieras demostrar.

Mi mejor amigo pareció querer refutar a mis palabras, pero tan pronto alzó el dedo índice hacia mí, dos brazos se envolvieron alrededor de su cuello, jalándolo para atrás. Pronto no hubo más Ron Weasley por escuchar, ni siquiera por ver, ya que los inmensos rizos rubios de Lavender lograban esconder casi por completo al pelirrojo.

Nunca había imaginado a Ron besando a alguien, mucho menos con la voracidad y hambre con que lo hacia; verlos era igual de morboso que ver a un lobo comerse a una ovejita, y en este caso, no sabría decir quien es la ovejita.

—Así debe verse el beso de un dementor, ¿no crees, Harry? —Dean Thomas y Seamus Finnigan tomaron los asientos frente a mí. Les hice una mueca de desagrado demostrando que concordaba, hubiera reído, pero sé que Dean está detrás de Ginny Weasley y no se fraterniza con el enemigo.

—Créanme, agradezco que Lavender tenga tanto cabello.

Seamus ríe ante mi comentario, antes de agregar: —Lástima que no vengan con silenciador.

En efecto, Ron y Lavender eran asquerosos.

.  .  .

Que Hermione Granger perdiera un día completo de clases en mi mente siempre había sido una imposibilidad. Ella probablemente asistiría aunque estuviera muriendo y la única forma de que no lo hiciera, sería si en verdad hubiera muerto.

—¿Sabes si Hermione sigue arriba? —le pregunto a Parvati Patil, quien bajaba por las escaleras de los dormitorios hacia la sala común.

Ella me sonrió amable: —Hermione no durmió con nosotras anoche, tampoco la he visto aparecer hoy, lo siento.

La respuesta no me extrañó, al menos no del todo. Estaba seguro de que mi mejor amiga no querría ver el rostro de Lavender, casi tanto como que no querría ni estar cerca de Ron, pero nunca al extremo de no dormir en su habitación.

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⏰ Última actualización: Nov 30, 2023 ⏰

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100 días, 100 razones para amarte. | Harry x Ginny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora