Prólogo.

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31/10/2020

—¡Ginny, espera! —grité, corriendo detrás de ella por los poblados corredores del castillo.

Ella no se detuvo, pero igual pude alcanzarla en cuanto dobló en un pasillo desolado. Intentó apresurar el paso, pero sus pasos rápidos igualaban mi común andar, por lo que de igual manera se mantenía a mi lado.

—¿Quieres escucharme? —le pido, esquivando a un par de niños de primero que corrían en dirección contraria a nosotros.

Ella me ignoró categóricamente, como si fuera un misero fantasma. ¡Ni siquiera eso! Porque saludó con gracia y amabilidad a Nick Casi Decapitado, así que ni de fantasma me trataba.

—¡Ginny! ¡Por favor!

—¡Te dije que dejes de molestarme, Harry! —exclamó en respuesta, girándose hacia mí con molestia.

—Pero...

—¡Pero nada! Tú no puedes venir y decir que estás enamorado de mí, ¡una persona no puede enamorarse de otra así como así! 

—Pero...

—¡No entiendo por qué sigues insistiendo! ¡No hay razones para que sigas con esta farsa, broma o lo que sea! ¡Solo déjame seguir con mi vida y no molestes! —gritó, y siguió caminando a paso acelerado.

La detengo, tomando con delicadeza su brazo y haciéndola voltear hacia mí. Sus grandes ojos marrones se fijan los míos y luego descienden levemente, hacia mi boca. No había notado cuánto la había acercado, y es que estábamos tan cerca, que nuestras respiraciones de mezclaban.

—Te pido cien días —susurro, sin apartar mis ojos de los suyos—, tengo cien razones para seguir insistiendo.

—¿Qué? —pregunta, desconcertada.

—Cien días, cien razones para amarte —explico—. Si después de decirte todas y cada una de ellas sigues sin creerme, dejaré de insistir.

—Esto no es una película cliché de romance adolescente, Potter —negó, soltándose de mi agarre y poniendo una distancia considerable entre nosotros—. No sé por qué haces esto, pero solo detente y déjame en paz; no me hagas ser el tipo de chica que llora por desilusiones amorosas, eso no te lo perdonaría.

Negó con la cabeza varias veces, antes de dar la vuelta y caminar a paso acelerado con la cabeza en alto. 

—¡Cien días, cien razones! —le grité.

Ginny no se detuvo, ni volteó, ni respondió, solo siguió avanzando. Sé que me escuchó porque negó levemente con la cabeza, ahogando una risita sarcástica.

—¡Ah! ¡Y feliz Halloween! —añadí, antes de que doblara al final del pasillo. 

Ginny Weasley, no seremos el típico cliché de romance adolescente de las películas, pero te aseguro que una historia de amor tendremos. 

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¡Hola! Aquí depositando el prólogo. 

¿Qué les va pareciendo hasta ahora?

Espero que les guste y, si es así, no se olviden de votar y comentar.

Aclaración rápida: Sí, la historia está situada en la actualidad.

Instagram: @ginweasley1

¡Gracias por leer! ¡Los amoo! ¡Nos leemos pronto!

Bye: -GinWeasley1.❤


100 días, 100 razones para amarte. | Harry x Ginny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora