III.

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3.

La luz del sol recaía directamente sobre mis parpados, entonces, fui obligada a levantarlos; me pesaban, de tanto llorar. Me levanté, y entré al baño, mientras me cepillaba pensé en lo que pasó anoche ¿en verdad todo pasó en menos de cinco horas que estuve aquí, anoche?

Después de ducharme, miré mi armario para ver que me pondría.

-Levántate ya, se hace tarde.

-Ya estoy despierta -dije intentando no parecer fastidiada con su voz.

-¿Puedo pasar?

-Sí.

Escuche sus pasos a mi derecha, ya que no lo miraba a la cara, sigo molesta por lo que pasó anoche. ¿Cómo se atrevió a levantarme la mano? Cada vez que lo pienso... me vienen unas ganas de lanzarme como un gato hacia su rostro tan perfecto y arañarlo, pegarlo, socarlo y sacarle la piel hasta que muera. Bueno tal vez exagero, pero nadie intento jamás siquiera levantarme la voz en mi vida, y me perturba que el haya hecho más.

Se posiciono detrás de mí, acompañando todo lo que yo tocaba de ropa, como calificándola. Después de unos minutos, se sentó en el borde de la cama, y jugó con sus dedos, al rato dijo:

-Quiero que te vistas bien.

-¿Para qué...? -pregunté, aun de espaldas, mirando mi armario.

-Porque yo lo digo, joder. Nunca me escuchas -lo dijo como si fuera que éramos casados, y que siempre discutíamos. Tan solo llegué ayer y nunca lo escucho. Genial.

-Zayn -me volteé y lo miré. - Me interrumpiste. Pregunté para qué ocasión debo vestirme. nunca me escuchas -volví a voltearme, y rebuscar algo bonito en el armario, aunque, era lo de menos, solo quería darle la espalda y no mirarlo.

-Lo siento. Es para un almuerzo importante. No lo arruines -dijo de repente en el umbral de la puerta, seguido de un golpe sordo al cerrar la misma.

-Eres tú el que arruinas todo -dije al ver que ya no estaba en la habitación.

Al fin y al cabo, terminé por elegir un short negro corto, pero no tanto; una blusa holgada blanca y un sostén del mismo color; con un cinto negro fino ajustado a la cintura, y un zapato negro con tacones altos, ya qué era algo baja, quería ser alta.

Entré al closet, y me miré frente al espejo de cuerpo completo. Me veía bien, o al menos, esa era mi opinión. Dejé mi cabello suelto y natural, bueno, no tenia opción, mis cabellos eran bien lisos y no había nada que hacer.

Unos golpes delicados se escucharon desde la puerta de la habitación, grité un 'pase', seguidamente oí pasos y Ana apareció en la puerta del closet, y dijo:

-¡Dios! ¡Cómo te ves hermosa, pequeña! -exclamó sonriendo.

-Gracias -le devolví la sonrisa.

-Vine a decirte qué el Sr. y la Sra. Malik ya están ahí abajo.

-¿Quiénes? -pregunté con el Jesús y el corazón en la boca.

-Yaser y Trisha, _________. ¿No te dijo Zayn que vendrían?

-Ah, sí, seguro lo mencionó y no le preste atención. Gracias, Ana. En un momento bajo.

Ella se retiró.

¿Cómo que los padres de Zayn están aquí? ¿Qué hacen aquí? Bueno, son sus padres y deben venir siempre pero, ¿Qué tengo que ver yo? Zayn me compró, y de seguro, a sus padres no les gustará saber que su hijo compró ilegalmente a una mujer, entonces, ¿Por qué debería presentarme?

La Bella y La Bestia. (Zayn Malik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora