VI.

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6.

Seguía sumida en mis pensamientos, intentando comprobar si lo que había pensado la noche anterior era realmente cierto, o tal vez, solo era un engaño de mi mente y naturalmente, Zayn solo me agradaba como un conocido muy especial, nada más.

Pero, no adelantaba intentar convencer a mi cabeza de alguna forma u otra, si al mismo tiempo mi corazón estaba en la pelea, diciendo constantemente que sí sentía algo por Zayn, y no era nada de conocido especial, era diferente.

Caminé por el pasillo aturdida, literalmente. Sentí un mareo de repente, y antes de que pueda caerme al piso, unos brazos cálidos me rodearon. Toqué mi cabeza, que me dolía hasta más no poder, y quería vomitar.

— ¿Te encuentras bien, mon ange? –preguntó, aun sosteniéndome.

—No. Quiero vomitar –me quejé. Pero mi queja iba más por él, por qué no sabía que era mon ange, y el tampoco se ofrecía a decírmelo.

—Vuelve a tu habitación, descansa. Y tal vez te sientas mejor. ¿O quieres un medico?

Procesé bien la idea; No, no quería un doctor ni nada. Porque todo esto, no es porque comí demasiado, o porque no comí nada, o tal vez porque estaba en mis días y me había caído mal, no, esto era porque no conseguía aceptar de que realmente sentía algo por Zayn. Había estado pensando tanto que me llevó a sentir mal.

Lo miré, y negué con la cabeza, me solté, e intenté llegar a mi habitación sola. Me mareaba. Pero no demostraría tanta debilidad para que Zayn venga y me lleve a un lugar que está a tan solo cuatro metros.

Con dificultad, llegué a mi habitación y me senté en la cama, no tenía ganas de acostarme, y dormir. Quería hacer algo que me levantara el humor, que me haga olvidar de cualquier preocupación o estrés, en este caso, la respuesta a toda preocupación o estrés seria Zayn, entonces, ¿Qué haría? Cuando te encierran en una casa sin dejarte hacer nada, bueno, es difícil encontrar algo como distractor, o al menos encontrar algo. Todo mi malestar me había pasado rápidamente, y comencé a pensar en que podía hacer, porque en parte, el mareo y las nauseas son porque paso mucho tiempo acostada y encerrada, sin ver la luz del sol, sin respirar aire puro ni nada, y por otro lado, es por Zayn.

No tenía un móvil, no tenía un portátil, no tenía un libro, no tenía un iPod, no tenía ninguna radio, no tenía música, no había discos de música en ningún lugar de la casa, las películas Zayn las escondió, y en el televisor solo pasaban partidos de soccer, futbol americano o hockey ¿Qué pretendía Zayn con eso? Solo quiere dejarme loca lo suficiente para acostarme con él.

— ¿Aburrida? –preguntó recostado en el umbral.

Asentí, mirando la ventana. Incapaz de mirarlo a los ojos, era ridícula.

— ¡Pero hay muchas cosas que hacer! –me animó mientras entraba, y se sentó en los pies de la cama mirándome.

— ¿Ah? ¿«Muchas cosas»? –levanté una ceja, obviamente lo que él decía no tenía sentido. ¿Qué haría? ¿Contaría cuantas cucharas hay, o tal vez tenedores, o cuchillos? ¿Recogería todos los condones usados que hay en su habitación? – Venga –dije molesta.

La Bella y La Bestia. (Zayn Malik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora