La otra familia de papá

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Me dolió que Lissa se alejara sin permitirme despedirme, llevándose a mi hijo. Que creyera, no posee un cupo en mi vida, cuando no es así. Ella y Mika son prioridades, merecen un puesto privilegiado.

Por todos los años de ausencia.

Ava no ha hecho preguntas, en todo el viaje al hospital solo habló de su madre y todas las cosas que compró para ella. Suele ser ella la que se encargue de los cuidados de Zafiro. Le ha pedido a la enfermera orientación en cuanto a cuidados, pide información y se orienta. Afirma que si es ella quien la cuide, va a mejorar más a prisa.

—¡Maldita sea! —exclamo ante el móvil de Lissa apagado.

He perdido la cuenta de cuantas llamadas le he hecho a ella y Nikolái, es posible que a mi hermano sean la mitad de las realizadas a Lissa. Esperaré en la noche para hablar con él, en cuanto a Lissa no pretendo esperar tanto.

Ella no me hará a un lado, no otra vez.

—¿No vas a entrar?

Está en pie con el morral trenzado en su cuerpo, ver a su madre le afecta, aunque pretenda hacernos creer que no es así. Ava parece tener una lucha interna entre su vida conmigo y la que sería con su madre.

La psicóloga nos ha comentado, que sus emociones y sentimientos están divididos. Su mayor sueño es que su madre y yo, tengamos una relación, pero ha aprendido a entender que no es posible.

—No. —respondo, al fin y camina hacia mí.

—Lo siento. —se excusa —por dañarte la cita.

—Es mi culpa —la calmo al ver que está por llorar —hice planes sin tener en cuenta que te había prometido acompañarte.

—¿Es ella verdad? —desisto de llamar a Lissa y a Wells y me centro en su pregunta — La chica que te gusta.

—¿De qué hablas?

—De la mujer por la que no te puedes casar con mamá.

—No me puedo casar con tu madre, porque no me gusta—corrijo—tan sencillo como eso.

Niega con superioridad y sonríe apretando el morral contra ella.

—Lo recuerdo. Me dijiste que estabas enamorado de otra persona —insiste. —tus ojos brillaban al verla y el niño...

—Es tu hermano, aún no se lo digo a tus tíos—me apresuro a decir —hoy me le dijeron que era mi hijo.

No hay reacción en ella, lo que me sorprende. Sostiene contra su pecho el viejo morral y guarda silencio un instante. Ava era una niña muy madura para su edad, sabía que lo iba a entender.

—El tío Nikolái lo sabe, el Tío Stan no. —mueve sus pies de manera rítmica y sonríe ante mi rostro perplejo —lo escuché discutir con el abogado. —sigue—¿Te casarás con ella?

—¿Desde cuándo sabes esto? ¿Por qué no lo dijiste?

Teniendo en cuenta que me enteré, era mi hijo hace un par de semanas y solo porque ingreso a escondidas en la vida de ambos. La decisión de Lissa de decirle a Mika quien soy, fue por el interés en el niño de papá y mamá. Uno que se puede ir al diablo por la impulsividad de Lissa.

—Era un secreto, me hizo prometer no decir nada. —se defiende con rostro tímido —el tío Nikolái dijo quien debía decirlo era ella.

Que no era problema de ellos y yo era un tonto por no darte cuenta. Si Stan no lo había descubierto es solo por tener ojos más que para su chica.

En parte también porque Sergio Wells, se reúne con Stan en su casa. Es al único que visita y lo hace por la situación de Mía. Wells, es el hombre a cargo de proteger, investigar a la chica y a su pasado.

Akim (Saga Angeles  y Demonios #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora