Akim (Saga Angeles y Demonios #4)

¿Quién es mi papá?

Capítulo sin editar...

Acudir a esos exámenes fue difícil, pero no tuve opción. Sergio Wells, era un hombre de fe, pero tan imponente como su hermano mayor cuando de ser obedecido se trataba.

Mi ánimo no era el mejor, desde que me enteré la niña había dejado de ser Callaghan y ahora era Borch. Akim, había llamado a Sergio y le invitó a un café, aceptó y como había pasado a recoger a Mika al jardín se lo había llevado.

Odiaba la idea que una niña llevara el apellido Borch, mientras Mika compartiera los míos. Sergio comentaba al respecto, que debía sentirme feliz, mi hijo contaba con los mismos genes de un hombre bondadoso. Me vi deseando que esa mujer no despertara nunca, de hacerlo, era seguro que se uniría con el ahora nuevo padre de su hija.

-Lissa Cole ¿Me estás escuchando? -parpadeo aletargada por la voz fuerte y Iona sonríe.

-Lo siento -me excuso -estaba en otro lado.

-Lo veo-sonríe -te decía que en quince días tendrás los resultados -estrecho la mano de la mujer que me sonríe -Había perdido la fe en que llegaras a verme.

-Sergio Wells, fue convincente -comento entre dientes y la doctora sonríe.

-¿Te trajo? -ruedo los ojos afirmando -está preocupado Lissa y le entiendo.

-Quería pensar que era un sueño -muerdo mis labios con fuerza -tengo un hijo de cuatro años que me necesita, no puedo con esto.

Me siento de golpe en la silla cubriendo la cabeza con mi rostro, siento las manos de la mujer, rodear mis hombros y me apoyo en ellos.

-No estás sola Lissa, tienes una familia maravillosa.

Y un bebé dependiente de mí para todo. Mika es popular, de buen humor, travieso y todos le aman. Sin embargo, a la hora de dormir, prefiere hacerlo en casa, en nuestros viajes en familia, Mika duerme conmigo, se niega a hacerlo solo.

He intentado que no dependa tanto de mí, pero he fallado. Mi pequeño es mi ángel de la guarda, mi motor de vida.

-¿Qué sucederá con Mika, Iona?

-No puedo creer que seas tan pesimista. -me reprende obligándome a verla y limpiando mis lágrimas, - darte por vencida antes de empezar, sin saber los detalles ¿Qué hay de tu fe?

Se evaporó, los golpes de la vida la diseminaron, la muerte de mis padres frente a mí y enfrentarme a la muerte, dieron inicio a lo que hoy era. Salir en embarazo no cuenta como castigo, mi hijo es lo más maravilloso que la vida me dio.

-Mi hijo no tendrá hermanos, si algo me pasa estará solo -alzo la mano al ver que está por refutar -con los primos y tíos no es lo mismo. Lo viví con mis padres, sin Cassy me hubiera vuelto loca.

Sostiene mis manos e intenta calmarme, insiste en que ignoro la agresividad de mi enfermedad y existen diversos métodos para aplicar en cuanto a tener hijos. Escucho algunos fingiendo interés, yo intento controlar mi llanto. Dan no debe enterarse de lo delicado de mi situación, esto puede que le haga quedarse y no podría permitirlo.

Estaba cumpliendo su sueño, así su familia no lo entendiera.

-Necesito pedirte algo, por favor -ruego cruzando miradas con ellas.

-No comparto tu decisión, pero entiendo que es tu deseo y será respetada -responde antes de escuchar mi pedido -pero te advierto -alza el dedo índice hacia mí -si es necesario y lo considero pertinente, romperé esa promesa.

-Gracias, Iona. -palmea mis manos antes de levantarte.

-Será mejor si esperas un poco antes de salir -me mira y tuerce los labios -te ves fatal.