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━━━━━✧ CAPÍTULO 8✧━━━━━ goodbye
LE RESULTABA EXTRAÑO COMO UN PAR DE PALABRAS podían provocar tanto en él.
La doble intención de la chica al soltar aquello era evidente y él, simplemente, no podía evitar seguirle en juego. Le encantaba aquel brillo de picardía que había en sus ojos, la sonrisa ladina que siempre le dedicaba (y que parecía tener el poder de dejarle sin aliento) y su actitud juguetona.
—¿Es eso una especie de invitación?—cuestionó Charlie con clara diversión y fingiendo no haber captado sus intenciones.
Neferet sonrió ligeramente, mientras arqueaba una de sus cejas y ladeaba la cabeza para observarle con diversión. Apoyó sus manos en la tabla de madera del cercado manteniendo aún la corta distancia entre ambos. Sus largas uñas rozaron apenas la piel de los brazos descubiertos del muchacho, provocando un ligero cosquilleo donde había tocado y ella notó cómo un escalofrío le recorrió todo el cuerpo cuando los penetrantes ojos del pelirrojo se desviaban hacia ahí donde se origina el pequeño contacto pero luego regresaban a su rostro, deteniéndose durante largos segundos en sus labios.
¡Por Merlín! Lo que Charlie estaba sufriendo al aguantar la tentación de besarla. Pero solo Salazar sabía que Neferet estaba a nada de terminar con su sufrimiento.
—Lo es—contestó soltando un suspiro.
—¿Invitación a qué exactamente?
—A lo que tú quieras—murmuró con un tono claramente insinuante.
Charlie sintió que por un momento le falta la respiración. Tragó saliva al notar la cercanía; sólo un mínimo movimiento y en cualquier momento terminaría besándola. Podía arriesgarse a ser el primero en dar el primer paso; sin embargo, se había prometido a sí mismo dejar que ella continuara poniendo sus límites, así que se mantuvo quieto, sin saber cuánto más podría soportar.
—Se me ocurren un par de cosas—ella pudo notar el tono juguetón en su voz.
Mierda. Se maldijo internamente en el momento en que su mente comenzó a ir a una velocidad que ni ella misma era capaz de seguir, varias imágenes y situaciones comprometedoras fueron las que pasaron por su cabeza, solo esperaba que el chico tuviera en mente lo mismo que ella. En ese momento no fue capaz de formular una palabra coherente, simplemente lo miró.
Un mechón de cabello caía sobre la frente del Weasley, dándole un aspecto más desaliñado de lo normal a su cabellera e, inconscientemente, su mano se elevó hacia su rostro mientras sus ojos seguían concentrados en cada una de las pecas que decoraban su piel. Una mancha negra sobresaltaba en su pálido rostro y sus dedos, como si tuvieran vida propia, tocaron por primera vez la piel del pelirrojo con suma delicadeza. Su tacto era tan suave que incluso le sorprendía a ella misma. Ella mordió su labio inferior y siguió frotando su pulgar sobre aquella pequeña mancha hasta hacerla desaparecer, cuando se aseguró de haber terminado, volvió a posar su vista en los bonitos ojos azules de Charlie. Ambos fueron conscientes de lo que el otro les hacía sentir; se dieron cuenta de que estaba pasando algo y estaban dispuestos a llevarlo hasta el final.